Whiplash

“Exijo a la gente más de lo que se espera de ella. Lo considero absolutamente necesario.”

– Todavía tienes muchas opciones.
– ¿Qué significa eso? ¿Otras opciones?
– Ya sabes. Así es la vida. Cuando llegas a mi edad adquieres perspectiva.
– No quiero perspectiva.

«Tú eres el primer atril. A ver si es porque eres guapa. Tres, cuatro. ¡Sí! Por eso es.»

Parker no conocía a nadie hasta que Jones le tiró un platillo.
– ¿Ese es tu concepto del éxito?
– Ser el mejor músico del siglo XX es tener éxito.
– Morir quebrado y lleno de heroína a los 34 años no es ser un éxito.
– Prefiero morir quebrado y borracho y que la gente hable de mí a vivir rico y sobrio hasta los 90 sin que nadie me recuerde.
– Tus amigos te recordarán. Ese es el punto.
– Nadie aquí fue amigo de Parker. Ese es el punto.

Whiplash“No hay dos palabras que sean más dañinas en nuestro idioma que buen trabajo.”

Mira, lo importante es relajarse. No te preocupes por los números. Ni por lo que piensen los demás. Tú estás aquí por una razón. Tú lo crees, ¿no?
– Sí.
– Dilo.
– Estoy aquí por una razón.
– Fantástico. Bueno, hombre. Diviértete.

«O estás tocando desafinadamente a propósito y saboteando a mi orquesta o no sabes que estás desafinado, lo cual me temo que es todavía peor.»

«Dios mío. ¿Eres uno de esos de una sola lágrima? ¿Te parezco un arco iris doble?»

¿Por qué crees que te arrojé una silla, Neiman?
– No sé.
– Claro que sabes.
– ¿El tempo?
– ¿Te estabas apresurando o rezagando?
– No sé.
– Empieza a contar.
– Cinco, seis, siete–
– ¡En cuatro! ¡Mírame!
– Uno, dos, tres, cuatro. Uno, dos, tres cuatro. Uno, dos, tres, cua–
– ¿Me estaba apresurando o rezagando?
– No sé.
– Cuenta de nuevo.
– Uno, dos, tres, cua– Uno, dos, tres, cuatro.
– ¿Apresurando o rezagando?
– Apresurando.
– ¡Entonces sí sabes la diferencia! Si saboteas a mi orquesta, te jodo como a un cerdo. ¿Te vas a apresurar o rezagar o irás a mi maldito tiempo?

WhiplashII

-La verdad es que no creo que la gente haya entendido lo que yo estaba haciendo en Shaffer. No estaba ahí para dirigir. Cualquier idiota puede mover los brazos y mantener un tempo. Estaba ahí para empujar a la gente más allá de lo esperado. Pienso que es una necesidad absoluta. Si no, le estamos negando al mundo
el siguiente Louis Armstrong, el siguiente Charlie Parker. Te conté cómo Charlie Parker se
convirtió en Charlie Parker, ¿no?
– Jo Jones le echó un platillo.
– Exactamente. Parker es joven, bueno con el saxofón. Se levanta a tocar en una sesión de grabación y mete la pata. Y Jones casi lo decapita por eso. Se ríen de él. Se duerme llorando esa noche. Pero al día siguiente, ¿qué hace? Practíca, y practíca y practíca con una sola meta en mente: Que nunca se vuelvan a reír de él. Y un año después regresa al Reno y se sube al escenario y toca el mejor solo que el mundo ha oído.
Imagínate si Jones hubiera dicho: «Estuvo bien, Charlie. Estuvo bien. Buen trabajo». Luego Charlie piensa: «Caray, hice un trabajo bastante bueno». Y se acabó la historia. No existe Bird. Eso, para mí, es una tragedia absoluta. Pero eso es lo que el mundo quiere ahora. Y se preguntan por qué el jazz está muriendo. Te digo que cada álbum de «jazz» de Starbucks lo demuestra, no hay dos palabras más dañinas en nuestro idioma que «buen trabajo».
– ¿Pero hay un límite? ¿Quizá un día se te va de las mano y desalientas al siguiente Charlie Parker y ese no surge?
– No, hombre, no. Porque un Charlie Parker jamás se desalentaría.
– Sí.
– La verdad, Andrew, es que nunca tuve a un Charlie Parker. Pero lo intenté. Realmente lo intenté.
Es más de lo que muchos hacen. Y jamás pediré perdón por cómo lo hice.

Sobre el Autor

Maria Tauste

Psicóloga. Lo que más me gusta: las nubes, los animales (excepto las aves) y el cine. Palomitas, peli y buena compañía como forma de vida.