Crítica de Deadpool 2 de David Leitch, el regreso del mercenario bocazas

Está claro que la primera entrega de Deadpool (2016) sirvió para presentarnos el origen y la naturaleza del antihéroe más lascivo de todo el universo de Marvel, después de X-Men: Origines Lobezno de Gavin Hood, en la que fue presentado de una manera que no agradó mucho a los fans. Pero Deadpool de Tim Miller convenció a los nerviosos ejecutivos de Fox de que estaríamos ante una nueva visión del cine de superhéroes: comedia, violencia, rompiendo la cuarta pared para contactar con el público y mucha violencia gratuita convirtiendo así a Deadpool en lo que es.

También sabemos que Deadpool hizo una gran fortuna en la taquilla, demostrando que Reynolds, Miller y los coguionistas Rhett Reese y Paul Wernick estaban ante algo nuevo y positivo. Parece extraño decir, que fue entonces motivo suficiente por parte del estudio a abordar las historias de Wade Wilson, pero Deadpool 2 es la película donde el equipo creativo obtiene luz verde para poner la carne sobre el asador y poder expresarse de forma tan libre y natural después de lo visto en la primera entrega.

Haciendo de Deadpool 2, por definición, una continuación perfecta, duplicando todo lo que los fans adoramos del personaje original, desde su implacable humor hasta el derramamiento de sangre gratuito y al mismo tiempo corrige algunos de los principales problemas de esa película. Contando así con un presupuesto real, Deadpool 2 amplía el alcance de su personaje, presentando así a un grupo de queridos héroes y villanos de Marvel que pueblan cada rincón de ese basto universo. Y, de manera impresionante, Deadpool 2 termina siendo mucho más divertida que la original, sobre todo viendo el panorama actual de las adaptaciones de los cómics y de las montañas rusas que suponen y sobre todo en parte con un Reynolds desatado tanto en la pantalla como fuera de ella.

Así que prepárate para ver Deadpool 2 dos veces, porque habrán momentos de la película que no podrás entender debido al eco y a las risas provocadas por los espectadores que seguramente serán bastante escandalosas.

Con lo que el núcleo sentimental de Deadpool permanece intacto en Deadpool 2, e incluso se mejora de forma que no te esperabas, ya que en esta secuela conectaremos y nos preocuparemos por Wade Wilson (Ryan Reynolds), desde el minuto uno. Y por razones obvias de su peligrosos trabajo, nuestro anti-héroe se encontrará enfrentándose a una gran pérdida y necesita encontrar nuevas razones para seguir viviendo, y será así como se reunirá junto a Coloso (Stefan Kapicic) y Negasonic (Brianna Hildebrand), Deadpool se convertirá en un becario X-Men y descubrirá su nuevo propósito cuando se encuentra en el camino de Russell (Julian Dennison), un adolescente con problemas de enfado e incapaz de controlar sus poderes mutantes que afirma que está siendo abusado por el líder (Eddie Marsan) de un internado anti -mutante.

Sin saberlo ese será el menor de los problemas de Russell, ya que el chico también es el objetivo de un cazador letal llamado Cable (Josh Brolin), que viajará desde el futuro con un claro objetivo: eliminar a Russell antes de que se convierta en una mayor amenza y le cause dolor y sufrimiento en su época. Con lo que Deadpool terminará en medio de esa persecución mientras trata de salvar al chico, a cualquier precio y tratando de encontrar la redención y antes de que el niño sea capaz de matar por primera vez, y darse cuenta de cuánto le gusta y se convierta en una mayor amenaza en el futuro.

Rhett Reese y Paul Wernick nos ofrecen así un primer acto de Deadpool 2 muy interesante pero que va cogiendo un mayor ritmo aunque algo más pausado es durante su segundo acto hasta lanzarnos hasta un tercer y último acto más intenso con muchos puntos argumentales que pedían ser explorados. Y veremos a Vanessa (Morena Baccarin), Dopinder (Karan Soni), Comadreja (TJ Miller), Blind Al (Leslie Uggams) y los X-Men con un destacado tiempo frente a las cámaras mientras se establece y se desarrolla la motivación de Russell y de Cable.

La trama sin duda se pondrá más interesante en la parte en la que Deadpool y Cable descubren en que están en completo desacuerdo, lo que lleva a Wade a armar su propio super equipo: Fuerza-X y es donde se nos presenta a Domino (Zazie Beetz), una ágil luchadora mutante cuyo increíble superpoder es la suerte, junto a otros mutantes y Peter (Rob Delaney), un humano que se presenta al anuncio de reclutamiento de Deadpool y pensó que unirse a un equipo sería divertido.

Algo que también influye en Deadpool 2 es la baja del director Tim Miller debido a las diferencias creativas, y lo que supuso la incorporación de David Leitch como reemplazo. Con lo que esta incorporación supone una subida de tono a todas las secuencias de acción y de lucha de Deadpool (Leitch es el responsable de John Wick y Atómica), hasta el punto en que el segundo acto de la película nos encontraremos con unas secuencias de acción bastante complejas y épicas paracaidismo, conducción, acrobacias, peleas en medio de un camión y la introducción de un villano clásico del cómic. Libre de spoilers.

Como bien he comentado al principio, el éxito de Deadpool 2, es la completa libertad de Reynolds y sus guionistas, desencadenando con confianza y convicción la fuerza de este antihéroe que pelea “sucio” para hacer lo que él piensa que es correcto, ofreciéndonos así lo inesperado, y funciona muy bien en pantalla.

Sobre el Autor

Alfi

Diseñador e ilustrador, amante del séptimo arte, devorador de Bandas sonoras y de videojuegos, y un fiel servidor al Orden Jedi.