Sin duda alguna para todos la transición de adolescente a adulto no es fácil, y el paso por el instituto genera ciertas historias algunas de ellas incómodas o no, pero lo que sí está claro es que estas vivencias sirven de vínculo para conectar con otras personas en el futuro. Sobre todo si pretendes diseccionar tus últimos años de secundaria cuando estás en la universidad, pero cuando te ocurren esas historias se sienten como experiencias profundas e importantes a las que tenemos que enfrentarnos en nuestra vida. Y es justo ahí, ese tipo de pensamiento en el que se centra Lady Bird de Greta Gerwig, ofreciéndonos una historia tan auténtica e impactante como cualquiera de esas historias que suceden en secundaria.
O así es como encontramos a la adolescente, Christine “Lady Bird” McPherson (Saoirse Ronan) acercándose a su etapa adulta como lo haría cualquier adolescente: viviendo sus emociones, buscando constantemente a personas con las que conectar y ser amigos y como es normal, suele enamorarse rápidamente. Pasa la mayor parte del tiempo discutiendo con su madre (Laurie Metcalf), ya que su mayor anhelo en la vida es dejar su vida en California e ir a una sofisticada universidad en la costa este. Relatando así una historia contada a lo largo de su último año de secundaria, Lady Bird trata de como soñamos y tratamos de volar para conseguirlo y de los errores que cometemos intentándolo.
Desde que debutó en Expiación (Atonement) en 2007, Saoirse Ronan ha desempeñado un importante papel en cada personaje que ha interpretado al igual que como Lady Bird. De hecho, durante toda la película escrita y dirigida por la debutante Greta Gerwig, la joven actriz sabe cómo retratar este momento particularmente delicado en la vida de una mujer adolescente. Con lo que es más probable que termine cautivándonos en la gran pantalla, y en esta ocasión, hará los momentos más simpáticos e infantiles de “Lady Bird” cobren vida sin convertirlos en simples caricaturas. Con lo que también es probable que en algún momento pensemos que estamos ante un personaje inmaduro o coloquialmente “mocoso”. La actriz sabe cómo caminar sobre esa delgada línea con una historia así, y lo hace muy fácil.
Así pues estamos ante el debut como directora de Gerwig en Lady Bird, podemos ver cómo a pesar de eso se muestra muy segura y competente. Mostrando así una gran fortaleza fotograma a fotograma a lo largo de toda su película, plasmando en esta cinta una historia semi-autobiográfica, siendo muy honesta en cada toma y en cada encuadre. Visualmente, Lady Bird, es una película muy discreta, pero que trata de capturar la realidad de los diversos momentos que experimenta Lady Bird. Con una carrera que abarca poco más de una década, se nota que Greta Gerwig no solo ha encontrado su equilibrio como escritora, sino que ha sido extremadamente atenta con los directores con los que ha trabajado anteriormente. Siendo el resultado un nuevo talento en pantalla detrás de las cámaras con el que el mundo independiente (y principal) tendrá que competir en el futuro.
Pero encontraremos en Lady Bird, un pequeño problema, su flujo narrativo. Ya que el último año de Lady Bird parece más una serie de historietas o viñetas que no parece conectar tan bien, en lugar de ofrecernos una historia totalmente conectada. Realmente es una opción interesante, ya que realmente hace que el disfrute de la película dependa de cómo te identifiques personalmente con el personaje en pantalla. Como tal, la historia principal se siente un poco diluida, tal vez porque no tenemos tiempo suficiente para conectar con Laurie Metcalf y Tracy Letts como los padres de Saoirse Ronan en pantalla. De todas formas Lady Bird sigue siendo en gran medida una película, pero con un poco más de atención en esos detalles narrativos, la película conseguiría plasmar con más detalle la experiencia de un adolescente.
Finalmente Lady Bird es una película agradable, con un corazón sincero al respecto. Y Saoirse Ronan, como siempre, es una líder cautivadora e intrigante, que conecta con un gran elenco en una película que baila hábilmente entre ritmos emocionales y comedia de forma muy genuina. Si bien la narración es menos estructurada que la historia de una película típica, sigue siendo una mirada nostálgica a aquellos días cuando ser un niño no era una opción, pero ser un adulto todavía estaba distante. Una experiencia de unión para que los mejores amigos, así como las madres e hijas, puedan disfrutar verdaderamente.