Crítica Monuments Men, de George Clooney. En busca del arte perdido

Si destruyes la cultura de una generación, sus logros, su historia, es como si no hubiera existido.

Monuments_Men_reseñaBasado en un libro homónimo escrito por Robert Edsel y a su vez en hechos reales, Monuments Men es una apuesta fina y sencilla, y el trabajo de George Clooney es notable y plausible. Se trata de la historia de unos héroes de guerra muy particulares. Mientras los soldados, padres, hijos y nietos de diferentes naciones se enfrentan a Hitler y a sus fieles seguidores, un reducido grupo de personalidades vinculadas al arte o al amor y aprecio que sienten hacia él se encamina a un terreno peligroso y mortal para recuperar obras de artes, cuadros, esculturas, retablos y demás que han sido robados y escondidos por los alemanes. La misión se vuelve contrarreloj cuando descubren que Hitler ha ordenado destruir todos estos tesoros de la humanidad si su Tercer Reich cae, algo que estaba a punto de suceder.

No esperes una película bélica en sí, llena de disparos, bombardeos, aviones, explosiones y granadas surcando el cielo. Monuments Men es un film bélico, sí, pero centrado en una faceta más cultural. Se queda en las trincheras y no sale al campo de batalla ni está en primera línea de fuego, para entendernos. Esto le da la oportunidad de hacer malabares con varios puntos de vista, mostrar la parte bélica en la que se desarrolla y la parte llena de cultura y belleza como es la misión de salvar el arte. Pero a Clooney, director en función, le ha salido el tiro por la culata; intenta salvar su compromiso con el arte y se olvida de dar guerra. Cierto es que tiene momentos de tensión muy notables, momentos dramáticos y con los que los más sensibles se les encogerá el corazón o sentirán una punzada en él, además de jugar con el factor sorpresa, pero el desequilibrio es demasiado vistoso. George Clooney podría haber tomado más ejemplo de Steven Spielberg y su más que ilustre e injustamente poco apreciada War Horse, un trabajo sobresaliente que, además de estar cargado con el característico y abrumador drama de Spielberg, se mete de lleno en el drama de por sí que es la guerra, da acción, entretenimiento y regularidad a la película, pero Clooney hecha demasiada mano a un guión que no es capaz de sujetar bien.

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Muchos salen airosos y con la cabeza alta al meterse en este terreno, esta compleja faena, y hay otros que no. En este caso Clooney ha errado, porque se nota a la legua el desequilibrio. La combinación de ambos géneros está demasiado desproporcionada como para llegar a crear una base fuerte y uniforme. Tiene sus momentos cómicos realmente divertidos, disparatados, donde los actores, un grupo sobresaliente de intérpretes, muestran su desparpajo y naturalidad, y como he dicho más arriba, también hay momentos de tensión decentes, pero si no hay comunión de poco sirve que dichos momentos sean buenos. El film se vuelve en ciertas partes un poco tediosa y monótona, no hasta el punto de aburrir (no por lo menos a mí), pero no llega al éxtasis que podría haber alcanzado. Se queda bastante atrás de los logros a los que podría haber aspirado. Las intenciones de Clooney son más que buenas, también son bellas, pero se queda en eso, intenciones. De todas formas, entretiene lo justo como para querer prestarle cierto grado de atención, y no llega a ser un enorme desastre, simplemente no está bien construida.

Los eternos tópicos como los nazis crueles, eternos títeres tintados de negros propósitos y roja sangre, y los rusos a los que sólo se les ven al final de la función y cuya aportación es hacer que los americanos se den más prisa en encontrar y reunir las obras de arte, resultan insustanciales. A pesar de ser tópicos verídicos (todos conocemos la historia), cansan un poco, se pueden llegar a hacer más cosas con ellos, y en este caso le restan cierta personalidad a una película que tiene bastante, a pesar de su irregularidad. Una vez más estamos ante una película que ensalza la valentía de los americanos en particular en su intervención en la II Guerra Mundial. Ese patriotismo está más que justificado, y George Clooney vitorea, además de a los suyos con orgullo y convicción, a británicos y franceses, ya que en su grupo de Hombres Monumentos hay dos personas de ambas nacionalidades. Habrá quien lo vea demasiado egocéntrico este amor por la patria,  pero yo no me uno a esta crítica.

George Clooney;Matt Damon;Bill Murray;John Goodman

El elenco es lo mejor del film, aunque tiene su lado negativo: teniendo en cuenta lo que la película acaba siendo, el gran grupo de sobresalientes actores nos hace ver aún más la película como una oportunidad desaprovechada. George Clooney (aunque yo no sea ferviente fan de este actor) sí lo aplaudo como director siempre, pero en especial en esta película me ha gustado su aportación interpretativa. Un líder nato, amistoso, serio, centrado en su objetivo y en el bienestar de su grupo, interpretado con mucho desparpajo por Clooney. A su lado su gran amigo Matt Damon, al que vemos más acompañado de Cate Blanchett debido a la misión que se le encomienda que de su propio capitán. Mencionando a Blanchett, esta mujer, merecedorísima de su último Oscar por su trabajo en Blue Jasmine, tiene un papel pequeño pero fundamental que borda; otra maestra de los acentos como la veterana Meryl Streep. El grupo de Hombres Monumento continúa con la aportación británica, Hugh Bonneville, y la francesa, Jean Dujardin (encantador, discreto, elegante… Un actor al que deberíamos ver más). John Goodman es el que más tiempo pasa con Dujardin, cimentándose una de las importantes amistades del grupo. Pero la más entrañable y divertida es la amistad que se entabla entre los personajes de Bill Murray y Bob Balaban, una relación muy simpática.

Monuments_Men_reseña3De todas formas, George Clooney dirige una película con la elegancia y buen porte que le caracteriza, pero no llega al nivel de Buenas noches y buena suerte, Ella es el partido o Los idus de marzo. Es una película elegante, simple, sencilla, amena y cuyo fallo es un guión inconsistente; los gags cómicos por un lado y el drama y tensión por otro, sin apenas tocarse. Disfrutas ambas facetas de la película, pero no llegas a sentir nada realmente verdadero por el conjunto ya que no hay conjunto de por sí. Es elogiable a pesar de ello la factura clásica que el director quiere otorgar al relato. Los discursos de su personaje, inspiradores, reveladores, llenos de fuerza y esperanza (a algunos les resultarán cargantes, pero vuelvo a mi »a mi no me lo parecen»), dan una razón para que su grupo de soldados artísticos llevan su misión a cabo, y para que el espectador se interese por ello también. Es clasicota sin llegar a ser una obra de arte, y repitiéndome, si hubiera tenido un buen y consistente guión, podría haber sido mucho más. Destacar la banda sonora de Alexander Desplat: divertida, con ese tufillo americano que nos gusta, victoriosa (esas trompetas y metales tan característicos de llamar a las armas y a la valentía), tensa, grata, completamente en armonía con el relato. La fotografía es también sencilla, sin quebraderos de cabeza, bastante buena, luminosa y agradable. Está muy bien filmada, muy cuidada, es tradicional, ligera y clásica, tiene escenas memorables, discursos inspiradores, personajes entrañables, una simpática simpatía entre los involucrados. El único error, el guión.

No lo olvides: la escena del interrogatorio con cigarrillo en mano de George Clooney y la tétrica visión de cómo los alemanes en un momento dado prenden fuego a centenares de obras de arte; la amistad entre los personajes de Bill Murray y Bob Balaban, chiflada y emotiva; los momentos tiernos del grupo; una banda sonora impecable y una buena dirección.
Olvídalo: la inconsistencia del guión y su contenido, que la vuelve en momentos tediosa y con un claro desequilibrio.

En conclusión: Mi sincera opinión es que no hay que tomársela tampoco muy en serio. A pesar de criticar tanto la irregularidad del guión, creo que Clooney intenta crear un ambiente desenfadado fuera de lo normal que se suele ver en este tipo de películas; quiere una visión más sencilla y divertida aunque con sus momentos dramáticos, y aunque no consigue que su objetivo llegue a buen puerto, el resultado tampoco es desastroso y entretiene. La última película que vimos sobre esta temática fue La ladrona de libros, una película que ensalza la inocencia de la infancia en un ambiente tan perturbador y osado. Monuments Men es una oda al arte, un canto al amor por este y la valoración de la cultura general y de los logros artísticos de la humanidad.

Firmado: Cely.

Sobre el Autor

Cely

Cinéfila y seriéfila a tiempo completo, devoradora de libros e intento de músico. Más rápida que Harry el Sucio y menos elemental que Sherlock Holmes. Revivo tartas y horneo muertos. El día tiene 24h y yo me atrevo a hacer más de lo que una persona normal es capaz en mi agujero hobbit.

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