Crítica Pride, de Matthew Warchus. La unión hace la fuerza

Cuando luchas contra un enemigo más grande y más fuerte que tú, tener a tu lado un amigo que ni sabías que existía es lo mejor que hay en el mundo.

pri2Refrescante comedia, emotiva película de valores. No te pierdas Pride. En el verano de 1984, siendo primera ministra Margaret Thatcher, el Sindicato Nacional de Mineros (NUM) convoca una huelga. Durante la manifestación del Orgullo Gay en Londres, un grupo de lesbianas y gays se dedica a recaudar fondos para ayudar a las familias de los trabajadores, pero el sindicato no acepta el dinero. El grupo decide entonces ponerse en contacto directo con los mineros y van a un pueblecito de Gales. Empieza así la curiosa historia de dos comunidades totalmente diferentes que se unen por una causa común.

Entre 1984 y 1985, la actividad minera del Reino Unido se vio paralizada por la huelga que los mineros convocaron para reivindicar sus derechos. Fue un momento decisivo en el desarrollo posterior de las relaciones laborales en Gran Bretaña, ya que la derrota final de los huelguistas supuso un debilitamiento significativo del movimiento sindical británico. A su vez, se vio como una importante victoria política de la Primera Ministra del país y líder del Partido Conservador, Margaret Thatcher. Por aquel entonces, el colectivo homosexual estaba también muy machacado por la sociedad, por lo que, en solidaridad, apoyaron a los mineros, recaudando fondos para ayudar a sus familias. Pride es la historia de la unión de estos dos grupos de personas a favor de la humanidad, el respeto y sus derechos.

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Quizás sea cosa mía, pero las comedias dramáticas que más impacto suelen causarme son las basadas en hechos reales. Pero Pride, a pesar de formar parte de ese género, es un caso aparte: me parece superior por el hecho de demostrar que el género no está acabado y que es capaz de aportar tantísimo. Respira jovialidad, buen rollo, vitalidad, y por encima de todo las ansias de reivindicar los derechos de las personas y el respeto que merecen, vengan de donde vengan y sean como sean. Enfocándose en un particular colectivo de gays y lesbianas y en un pueblecito de Gales en huelga minera, la apasionante, divertida y emocionante historia que nos cuenta se ve adornada por unas subtramas igual de potentes y bellas gracias a sus protagonistas, que parten de los tópicos y no por ellos son menos especiales, al contrario. Vemos la tolerancia y también la intolerancia que desgraciadamente había por entonces, y aunque se reconoce que Pride busca el aplauso del público, lo hace en todo momento desde la denuncia social de una forma elegante, emotiva y con buen humor.

pri4Un elenco jovial, pero también veterano, ambos con muchísimo talento y a tener en cuanta (en el caso de los primeros, ya que a los segundos los tenemos más vistos y reverenciados, por lo que esta vez hago más hincapié en películas y/o series por si tenéis curiosidad de indagar más). Como líder está un apasionado Ben Schnetzer (La ladrona de libros, The Riot Club), miembro de Lesbianas y Gays Apoyan a los Mineros (LGSM) junto a un nervioso Joseph Gilgun (Misfits, This is England), una sincera y bruta, en el mejor y más divertido sentido de la palabra, Faye Marsay (The White Queen, Doctor Who), un adorable Freddie Fox (Los Tres Mosqueteros, Cucumber), un emotivo Andrew Scott (Sherlock, Locke) y un alocado Dominic West (The Wire, Chicago). A ellos se une enseguida un tímido chico que acaba de descubrir su sexualidad, George MacKay (Peter Pan, Mi vida ahora). El personaje de MacKay es de los pocos personajes inventados expresamente para la película como figura con la que el público puede sentirse identificado (y George lo consigue con mucha ternura). Los veteranos de la función son el sencillo Bill Nighy (Love Actually. Valkiria), la brillante Imelda Staunton (Vera Drake, Harry Potter 5), la intensa Jessica Gunning (Doctor Who, Ley y Orden UK), la encantadora Menna Trussler (Torchwood, The Casual Vacancy) y sufrido Paddy Considine (Arma Fatal, Now is Good). Cada uno, con mucha gracia y emotividad, aporta su granito de arena a la película, conformando así un potente reparto de actores y actrices que te sacan más de una carcajada y más de una lágrima.

Glorioso debut en dirección de Matthew Warchus. Ha hecho un trabajo exquisito y muy disfrutable. Con un guión ingenioso, Pride emociona en su justa medida (aunque los más sensibles como yo pueden pasarse casi toda la película llorando a rabiar), divierte sin ofender, y partiendo de la rabia e indignación que se siente por la intolerancia y la injusticia hacia sus protagonistas, demuestra la humanidad y el reconfortante sentimiento de lo que el ser humano puede llegar a ser si se unen y apoyan (y en los tiempos que corren, este tipo de esperanza se necesita bastante). La sencilla pero no por eso no notable fotografía se ve adornada por una ambientación, unos peinados y un vestuario muy logrados. La banda sonora, explosiva, divertida y dinámica, es también uno de sus mejores aspectos. Un tema tan espinoso como el que trata la película, mostrado con saludable humor, realismo, integridad y exaltación es lo que hace que Pride sea tan especial. La recomiendo al cien por cien, una película que no te arrepientes de ver.

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No lo olvides: Su buen rollo, la ternura de cada personaje, el poder reivindicativo partiendo siempre desde el respeto y la integridad… y el baile de Dominic West.
Olvídalo: Nada.

Sobre el Autor

Cely

Cinéfila y seriéfila a tiempo completo, devoradora de libros e intento de músico. Más rápida que Harry el Sucio y menos elemental que Sherlock Holmes. Revivo tartas y horneo muertos. El día tiene 24h y yo me atrevo a hacer más de lo que una persona normal es capaz en mi agujero hobbit.