Vuelve uno de los clásicos de Disney más taquillero, “El rey león 3D”, pensado para que los más peques disfruten, y que se presenta como el gran rival para la también película de animación española “Copito de Nieve”.
No hay nada nuevo que añadir sobre “El rey león 3D”, porque la única novedad ha sido la adaptación de este éxito cinematográfico de animación a las tres dimensiones, uno de los films Disney que más rentable fue en su día, y a cuyo frente estuvieron Roger Allers y Rob Minkoff (1994). A su éxito en taquilla con más de 783 millones de dólares recaudados en todo el mundo, pronto hubo que añadir un amplio merchandising, así como secuelas y spin-offs, y hasta un musical que ha sido galardonado con un Tony. Ahora, diecisiete años más tarde, la película que estuvo dos semanas en el número uno en taquilla, regresa para hacer las delicias de los más pequeños de la casa, pero también hará pasar un buen rato a los más mayores.
Un proyecto que ya en su día sorprendió por la magnitud del trabajo requerido, pues se necesitaros más de 600 artistas, técnicos y animadores para sacar a delante un proyecto que tardó cuatro años en producirse, y para el que se dibujaron más de un millón de dibujos, de los cuales 1.197 tenían el fondo pintado a mano y unos 119.058 eran fotogramas pintados de forma individual.
Por eso, unos veinte años después, convertir este titán al 3D no ha sido tarea fácil, así que fue necesaria la supervisión de los directores originales y del productor Don Hahn. El equipo actual ha estado conformado por 60 artistas especializados en las distintas disciplinas del 3D, encargados de tomar las imágenes originales y dotarlas de profundidad, una experiencia única según el estereógrafo Robert Neuman: «Lo más emocionante para mí fue la posibilidad de utilizar nuestra tecnología para fusionar la belleza y el encanto de la animación tradicional con la cualidad inmersiva del cine tridimensional y ver cómo emergía una forma de arte completamente nueva».
Aunque es difícil que alguien se haya olvidado de esta tierna historia, hay que recordar que el protagonista Simba es un cachorro de león y el hijo del rey de la sabana, Mufasa. Pero la felicidad del pequeño heredero se ve rota ante los crueles planes de su tío, Scar, el hermano de Mufasa, que mediante una trampa acaba con la vida de su hermano y deja huérfano al pobre Simba. El pequeño se aleja de la manada y en su exilio se topará con el suricato Timón y el jabalí Pumba, con los que formará un hogar. Cuando Simba se convierte en adulto, decide poner freno al comportamiento de su tío Scar, que se ha hecho con el poder y que está sumiendo al reino en el caos y la miseria.
“El rey león” fue en su día elevada al pedestal de clásico de la animación, aunque a su vez supuso un punto y aparte para la animación dibujada de Disney, que empezaría su decadencia tras este éxito. Una película que contó con una de las mejores bandas sonoras, compuesta por Hans Zimmer y en la que colaboró Elton John, y gracias a su trabajo ambos se hicieron con un Oscar. También destacó de forma notoria la animación, sobre todo en la escena de la estampida en la que muere el padre de Simba, y ese momento traumático se repite en muchos de los otros films de la compañía. Pero también se han hecho lecturas algo menos positivas, pues se la acusó de esconder mensajes totalitarios o de ser un plagio de la serie de animación “Kimba, el león blanco” (1965-1967).
Pero el apoyo que recibió por parte de muchos famosos que estuvieron encantados de prestar su voz, como Jonathan Taylor Thomas (Simba) y Matthew Broderick (Simba adulto), sirvieron para hacer de esta un éxito en ciernes que ha día de hoy todavía se mantiene, de ahí que haya sido la elegida para ser llevada de nuevo a la gran pantalla en 3D.