El mítico Teatro Kodak, podría sufrir pronto un cambio de nombre, desde que la empresa de fotografía Eastman Kodak se declarase en bancarrota e iniciase el pasado 19 de enero la suspensión de pagos. Con motivo de su difícil situación, la empresa ha solicitado poner fin al contrato de patrocinio del teatro de Hollywood que lleva su nombre y donde desde hace una década se entregan los premios más importante de la industria del cine, los Oscar; al menos esos es lo que informaba The Wall Street Journal.
La compañía ha recurrido a los tribunales para poner fin a dicho acuerdo, firmado en 2000 y que suponía bautizar con el nombre de Kodak al mítico teatro durante 20 años, a cambio recibieron una suma de 75 millones de dólares. Dada la delicadeza de la situación económica, los gestores de Kodak esperan que los jueces les den el permiso para romper el contrato.
Sin embargo, tendremos que esperar a conocer la resolución, que no se hará pública hasta el 15 de febrero, solo 11 días antes de la 84 edición de la gala de los Oscar y el encargado de dar a conocer la sentencia será el magistrado Allan L. Gropper.
«Los deudores han evaluado el contrato en consulta con sus asesores profesionales y determinaron que cualquier beneficio asociado con esos derechos es probable que no supere o iguale el coste asociado», esta era la explicación acerca de la documentación entregada en los juzgados.
El teatro Kodak se encuentra situado en una de las más importante áreas comerciales y de ocio de Hollywood, en la llamada Hollywood & Hihgland, un nombre adecuado ya que está en la esquina del bulevar de Hollywood y la calle Highland.
Las obras costaron 94 millones de dólares y las instalaciones son propiedad de la inmobiliaria CIM Group. Fueron inauguradas en noviembre de 2001 y solo un año después tenía lugar la primera celebración de la gala de los Oscar.
Si finalmente los tribunales permiten que Kodak quede libre del contrato de patrocinio del teatro, su nuevo nombre dependería de la gestión del CIM Group, que podría buscar un nuevo socio, deseoso de reemplazar el vacío dejado por la importante marca fotográfica.
«Eso es algo entre CIM y quien sea que ellos consigan. No es una decisión de la Academia”, dijo su presidente, Tom Sherak, a la revista Variety.
Pero la organización de los Oscar, tiene derecho a vetar el futuro nombre si este no acaba de encajar con la famosa ceremonia de premios. Por su parte y de forma paralela, CIM y la propia Academia, se hayan sumidos en conversaciones acerca de la continuidad o no de la celebración de los Oscar en el teatro Kodak después de 2013.
Aunque ya suenan voces que apuntan a que la constructora AEG, propietaria del Teatro Nokia y el Staples Center, así como del pabellón deportivo donde juegan Los Ángeles Lakers, podría estar interesada en hacerse con el contrato, lo que trasladaría la ceremonia de los Oscar desde Hollywood al centro de Los Ángeles.
Es una pena que una compañía como la Eastman Kodak, que tenía más de 130 años de historia tuviera que acogerse el pasado 19 de enero al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas de Estados Unidos, con el fin de intentar reestructurar el negocio y salvarlo, ya que de momento es incapaz de competir dignamente en el mercado de la fotografía digital.