La semana pasada se estrenó con gran éxito la cuarta entrega de la ya famosa saga vampírica “Underworld: El despertar”. Con motivo de su visita a nuestro país, para promocionar su último trabajo, tuvimos la oportunidad de entrevistar a la actriz y protagonista de la saga, Kate Beckinsale, que demostraba tener muy claras sus respuestas acerca de su actuación como Selene, un papel con el que se siente cómoda y confiada, aunque en esta ocasión ha estado a las ordenes de dos directores, que se repartían el trabajo a partes iguales, lo que quizá ha sido en algunos momentos un poco extraño, confesaba la actriz. Ahí van algunas de las preguntas que la actriz británica, tuvo la amabilidad de contestar:
-Nuevamente vuelve a encarnar a Selene, y a estas alturas ya debe de ser como un álter ego.
Bueno, ha habido un poco de todo, porque en cierta manera, muchos de los compañeros de Selene han fallecido y eso significa echar de menos a caras amigas durante el rodaje; también mi marido, Len Wiseman y antiguo director de la saga, ha dejado atrás este rol; pero si es cierto que el personaje sigue siendo el mismo y gran parte del equipo técnico repite. Ha sido algo bastante natural a fin de cuentas, una mezcla de sensaciones.
-En su opinión, ¿Qué aporta esta saga al tradicional cine de vampiros?
Creo que sin duda da pie a una visión más adulta del genero, pues los adolescentes ya han encontrado su versión con “Crepúsculo”; y también me llama la atención la unión entre vampiros y hombres lobo en el cine; así como el fenómeno romántico a gran escala, tan parecido a la historia de Romeo y Julieta, es un valor añadido a la franquicia.
-“Underworld” y “Crepúsculo”, se han convertido en dos de las sagas vampíricas que más aceptación han logrado entre el público, ¿A qué se debe ese fenómeno?
La verdad es que no sabría qué decir, pero sí que es cierto que ambas tienen algo de atractivo. Cuando me presentaron el proyecto la primera vez, recuerdo que me fascinó la aproximación que se le iba a dar al tema, y el resultado fue muy atrayente. Creo que en parte, el éxito del cine fantástico se debe al elemento de fascinación con el que este viene de serie; luego también hay otros factores que acaban por atraer al público, como la idea de amor prohibido, que se presenta como algo difícil de resistir.
-¿Cómo fue trabajar con los directores Måns Mårlind y Björn Stein? ¿Cómo es el trabajo entre ellos?
Ha resultado ser una experiencia nueva, nunca antes había trabajado con dos directores al mismo tiempo y la verdad es que no sabía cómo lo iban a actuar; pero enseguida me tranquilizaron y me aseguraron que no tenía que preocuparme por nada, que tenían un sistema ya probado que les funcionaba. Y desde luego que lo tenían, cada día le tocaba dirigir a uno, mientras el otro se dedicaba a tareas de montaje o de guión, y al día siguiente al revés. Estuvo muy bien, y sirvió para mantener el entusiasmo diario, porque cada uno llegaba con las pilas a tope, así que creo que mi marido tuvo un pequeño ataque de envidia con respecto a su método.
-Esta nueva entrega se presenta más rápida y violenta que las anteriores, y deja de lado la mitología propia de la saga, ¿Ha sido una sorpresa este inesperado cambio de rumbo?
No demasiado, porque estábamos buscando elementos nuevos que reforzasen la nueva entrega, no queríamos ser repetitivos. Buscábamos algo nuevo, diferente, que le diese un cambio de aires al guión y como actriz he de estar agradecida, a nadie le gusta quedarse encasillado, y yo personalmente apuesto por los nuevos retos. Me atraía ver a Selene en un marco nuevo, donde tanto su raza como la de los licántropos han dejado de ser un secreto para la humanidad, ahora están en el punto de mira. Luego lo difícil es hacer todo eso realidad, con la creación de las coreografías de peleas….
-¿El uso de la tecnología 3D ha hecho más difícil el rodaje de la parte física?
No por la parte que me toca, aunque he de reconocer el gran esfuerzo que ha tenido que hacer el departamento de cámara. Yo ni siquiera comprendo del todo de que va el tema, es bastante complicado, pero sí que hay que ir con cuidado, porque estas cámaras con muy delicadas y complicadas, pero me he portado muy bien, siempre obedeciendo las ordenes que me daban, solo he ido con un poco más de precaución, eso es todo.
-¿Ha sido muy dura la parte física del rodaje? ¿Cómo lo lleva?
Siendo sincera, no se me dan muy bien estas cosas. Con tanta acción, al principio del rodaje de la primera entrega, me sentí bastante torpe, ya que era incapaz de hacer lo más básico: corría como una niña, no tenía ni idea de cómo dar un puñetazo…, aunque ahora soy toda una experta, a pesar de que sigo trabajando muy duro en las coreografías, que es donde me pongo más nerviosa.
-¿Ha recurrido mucho a los dobles, o se arriesga en este tipo de escenas?
Al equipo de la saga le gusta que seamos nosotros los que rodemos todas las escenas de acción que nos sea posible, pero como no siempre lo son, pues hay que recurrir a los especialistas. A veces, es solo cuestión de tiempos, dado que solo contamos con una unidad de trabajo, aunque yo intento hacer todo lo que está a mi alcance.
-En el cine perece que faltan heroínas. ¿No le parece?
Completamente de acuerdo, y por eso me siento una privilegiada, porque en Hollywood hay poco papeles de estas características. Considero que formo parte de un reducido grupo de mujeres guerreras, y muchas de mis compañeras se quejan de la situación, exigiendo mayor variedad de papeles.
-¿Cuánta vida cree que le queda a Selene, al menos por su parte?
Constantemente me asombra haber hecho ya tres películas de la saga, reconozco que es bastante extraordinario hoy en día, pero podría resultar muy interesante una actriz posmenopáusica metiendo caña, ¿no?
-A pesar de tu papel de Selene, cambias bastante de registro, ¿Qué tiene que tener un papel para atraerte?
Te sorprendería saber algunos de los papeles que he rechazado en los últimos años…
-No nos dices ninguno ¿verdad?
No, ¡lo siento!
-¿No te arrepientes de haber rechazado alguno?
No, la verdad es que no, y una de las razones principales ha sido mi hija. Antes de que cumpliese los once, tenía más flexibilidad para llevarla conmigo en los rodajes, y a ella le gustaba cambiar de escuela, visitar otros países… Pero a partir de cierta edad es más un fastidio que otra cosa, y por eso acabé por decidir que solo me interesaban aquellos papeles que realmente me gustaban, que para mi significaban algo. No es fácil ser actriz y madre al mismo tiempo, porque esta profesión te exige mucho y a menudo es difícil compaginar ambas cosas, la verdad es que es complicado, pero vale la pena.