Su rodaje tuvo lugar en Inglaterra, más exactamente en los campos de Oxfordshire y en la pista aérea de Bovingdon en Hertfordshire, durante doce semanas. Estas ubicaciones fueron elegidas por la luz y el clima de la zona, ya que estas podrían compararse con la de Alemania, pero la razón principal era, para poder contar con los recursos de el museo del tanque de Bovingdon, ya que cuenta con la mayor dotación de carros de combate del mundo
Antes de comenzar el rodaje el equipo de David Ayer comenzaron una amplia documentación histórica, ya que indagaron en cada uno de los detalles de ella historia en la que ocurre, desde los diferentes carros de combate con los que podría encontrase el Sherman “Fury”, tipo de artillería y armas del que están dotados, hasta el armamento de la infantería, uniformes y peinados.
Para que la historia fuera dotada de más realismo se contó con la asesoría de 3 consultores militares y 4 veteranos de la división acorazada que sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial, estos 7 expertos trasladaron sus conocimientos y experiencias al equipo de producción.
Para el rodaje se llegaron a usar varias toneladas de barro y lodo, tratando de reflejar así esa esencia de realismo posible, ya que la mayor parte del tiempo los carros estaban hundido en él.
El pueblo alemán donde ocurre parte de la historia es un plató construido en doce semanas. Había que tener en cuenta el tamaño de los diferentes carros blindados, ya que debían de pasar a través de esta aldea, ya que si esta era muy pequeña, los tanques se verían absurdos y viceversa.
Para componer la música, el compositor Steven Price recurrió a las grabaciones realizadas en el set del rodaje, a lo largo de la composición de su música también empleó el uso de armas, chapas identificativas y partes del tanque que sirvieron como elementos de percusión en el estudio. De esta forma los elementos visuales se convirtieron en elementos sonoros que formaron parte de su banda sonora, creando así una banda sonora original y única.
VESTUARIO
Casi al finalizar la Segunda Guerra Mundial el bando americano estaba más desatendido, ya que básicamente la ropa de sus militares eran de trabajo civil y por el contrario, el ejercito alemán de la misma época lucía uniformes confeccionados por sastres y eran mucho más entallados que los americanos. Tanto que los alemanes usaban a artistas con la intención de dibujar y crear nuevos estampados de camuflaje, así que al final de la guerra existían un total de 35 estampados diferentes.
Conociendo estos datos el director David Ayer quiso incluir ese grado de detalle en el vestuario de esta película, durante dos años llevaron a cabo labores de documentación absoluta, con la intención de acertar con los uniformes y los trajes de la época. En esta labor se analizaron miles de instantáneas tomadas durante la Segunda Guerra Mundial, desde enero del 45 hasta finales de esta, revisando íntegramente los archivos de la segunda división acorazada y las fotografías del Cuerpo de Señales del Ejército de EEUU.
Otras de las tareas arduas era la confección del vestuario ya que había que conseguir que parecieran que esas prendas habían tenido su uso y se habían desgastado a lo largo de la contienda. Para conseguir este grado de realista se trabajó el “desgaste”, consiguiendo que las telas nuevas aparenten tener años (perdiendo intensidad y color, rasgando las telas para luego coserla, rompiendo los bolsillos…). Para la película se utilizaron 700 trajes únicos, ya que cada soldado cuenta con su propia historia, 350 uniformes aliados y 350 alemanes.
Otro de los vestuarios a utilizar, la ropa civil, así que no fueron a menos y pusieran la misma dedicación y empeño al confeccionarla, hasta el equipo de vestuario viajo hasta Berlin con la intención de alquilar ropa de época (años 30-40). Así podría recrear y confeccionar los mismos tejidos, artículos, botones, cordones de la época.
HERMANOS DE SANGRE
Como el director buscaba un grado de realismo, uno de los temas para que pareciera lo más real posible, era la hermandad que existen entre hermanos de sangre, soldados en este caso los miembros de la dotación del M4 Sherman “Fury”. Este grupo era uno sólo combatían hombro con hombro a través del campo de batalla, siempre atentos, siempre alerta. Así que para conseguir este vínculo de unión recurrieron al asesoramiento de dos militares: Kevin Vance (Unidad de Operaciones Especiales) y David Rae (Fuerzas Militares Británicas), estos dos se responsabilizaron de que Brad Pitt, Shia LaBeouf, Logan Lerman, Jon Bernthal y Michael Peña parecieran una dotación de tanques de verdad.
¿Cómo los prepararon?
Diseñando un campo de entrenamiento básico para estos cinco protagonistas, tenían que pensar y actuar como un equipo, uno depende del otro. Así que durante seis días su ropa, armas y raciones eran todas básicas, con la intención de imitar la época en la que tenía lugar la historia. Y así estos cinco fueron expuestos a los elementos (en una escala menor) similares a las que padeció la generación de la Segunda Guerra Mundial: lluvia, barro, viento y sueño.
Se les levantaba a las cinco de la madrugada y pasaban dos hora de duro entrenamiento y después se les ejercitaba con ejercicios rutinarios y de obstáculos hasta llegada la tarde. Las raciones de comida eran frías, dormían al raso, bajo la lluvia y se turnaban para hacer guardia.
De los seis días que duró este entrenamiento especial, los tres primeros fueron con la intención de “destruir” su mente y físico, manteniéndoles en un estado permanente de agotamiento. Los tres días restantes se concentraron en recomponerlos como un solo hombre.
