La entrañable historia de War Horse

Steven Spielberg nos presenta este fin de semana su ultimo trabajo, “War Horse (Caballo de batalla)”, tras el éxito alcanzado hace unos meses con “Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio”, también dirigida por él.

En esta ocasión, la fuente de inspiración le ha llegado de una novela infantil, escrita por Michael Morpurgo, cuya historia fue publicada en 1982. Morpurgo pergeñó la idea a raíz de una conversación que mantuvo con un veterano en un bar, de este modo y con la Gran Guerra como telón de fono, Morpurgo se dio cuenta del importante papel que jugaron los caballos en dicho conflicto bélico. Según los datos, más de un millón de estos animales partieron al frente, y solo unos 62.000 consiguieron volver. El libro, pronto alcanzó una amplia difusión, quedando en un segundo puesto en el Whitbread Award, y ya en 2007 fue adaptado al teatro, siendo representada incluso en el National Theatre de Londres.    

Esta emotiva historia nos lleva a conocer de cerca a una familia que en los albores de la Primera Guerra Mundial se hace con un potro de caza en una subasta. La familia decide llamar al animal Joey, y aunque al principio el matrimonio formado por Ted y Rosie Narracott (Peter Mullam y Emily Watson) parecen no encontrar una función de provecho para Joey, pronto su hijo Albert (Jeremy Irvine) consigue domarlo y entrenarlo. Joey y Albert se hacen inseparables, pero el estallido de la contienda obliga a la venta del potro a la caballería británica. Joey se convertirá en todo un héroe de guerra, empujando ambulancias en pleno campo de batalla o derribando a todo aquel soldado alemán que se le cruzase en su camino. Pero en un momento dado, el caballo se quedará atrapado en tierra de nadie, en medio de territorio inglés y alemán; mientras que Albert inicia una peligrosa misión que le lleva hacia las trincheras.   

Como ya es obvio por el título de la película, el verdadero protagonista no es otro que Joey, que tuvo que ser cuidadosamente seleccionado de entre un grupo de más de 100 caballos, dirigidos por Bobby Lovgren, quien ya había trabajado con estos animales en “Seabiscuit: Más allá de la leyenda” (Gary Ross, 2003). Fue necesario hacer uso de catorce caballos, que interpretaron a Joey desde que era un potrillo hasta que finalmente fue domado. Pero finalmente, Lovegren escogió a Finder, al que había domado para “Seabiscuit”, para que interpretase las escenas de mayor exigencia dramática, y es el afortunado cuya cara aparece en todos los primeros planos. En cuanto a Topthorn, amigo y rival de Joey en la guerra, fuer encarnado por cuatro caballos distintos, pero George fue el seleccionado para rodar la escena más fuerte. 

A parte de los caballos, el reparto humano se ha revelado como otro de los grandes alicientes del trabajo de Spielberg. Destacan las actuación del debutante Jeremy Irvine, que da vida al joven Albert; y junto a él grandes actores como David Thewlis (“Anonymous”), Emily Watson (“Punch-drunk love. Embriagado de amor”), Peter Mullan (“Redención [Tyrannosaur]”), Niels Arestrup (“La llave de Sarah”), Benedict Cumberbatch (“El topo”), David Kross (“The reader”), Toby Kebbell (“Ira de titanes 3D”), Eddie Marsan (“Sherlock Holmes: Juego de sombras”), Tom Hiddleston (“Thor”) y la también debutante Celine Buckens.   

Fue necesaria una profunda interacción entre el reparto y los animales, puesto que la cinta busca retratar fielmente un momento histórico de gran relevancia donde el peso de la caballería iba retrocediendo, pero que también fue clave en el conflicto. En la Primera Guerra Mundial el 10% del ejército británico estaba formado por las caballerías, pero estas ya se revelaron inoperantes frente a las ametralladoras de las que disponía el ejército alemán, de modo que hacia finales del conflicto, en 1917, la presencia de estas quedó reducida solo al 2%.

Por otro lado, Spielberg recurrió al Dr. David Kenyon, un asesor especialista en el tema, con el objetivo de recrear lo máximo posible los ejercicios de las tropas a caballo: «Los jinetes estaban totalmente uniformados, equipados a la perfección, y los caballos reaccionaron como lo hubieran hecho en aquella época. La escena ponía los pelos de punta», comenta Kenyon.   

El rodaje de “War horse”, se localizó en las colinas y paramos del Parque Nacional de Dartmoor, en South Devon, en un pueblito medieval de nombre Castle Combe, situado en Wiltshire y en el Condado de Surrey. También fue necesario un amplio trabajo de ambientación, que hizo necesario recurrir a una extensa documentación sobre el tema y también se llevó a cabo un estudio sobre el diseño del vestuario militar — de hecho, el 85% de los trajes que aparecen en la película, fueron confeccionados a mano — del mismo modo se emplearon replicas de las armas usadas en la batalla, es el caso de dos Howitzer alemanes, unos cañones de más de ocho toneladas, cuyas  replicas pesaban solo dos toneladas. 

Y como viene siendo habitual en Spielberg, este cuenta siempre con los mejores profesionales para los apartados técnicos y artísticos; es el caso de Michael Kahn que se encarga del montaje, de John Williams ocupado de componer la banda sonora, y de Janusz Kaminski, director de fotografía.

Con seis nominaciones a los Oscar, “War horse” sorprenderá a todos aquellos que vayan a verla, pues es una historia verdaderamente entrañable y emotiva, que ha cosechado muy buenas críticas en Estados Unidos, y cuya recaudación supera con creces los 66 millones de presupuesto.