Con motivo del estreno de su último trabajo, “El Invitado”, entrevistamos al actor Ryan Reynolds, que se ha convertido en uno de los actores más activo dentro de la industria cinematográfica en los últimos tiempos. Este viernes, llega a nuestros cines “El Invitado”, un thriller lleno de acción, que supone el debut en Hollywood del cineasta sueco, Daniel Espinosa.
En el film, veremos a Reynolds meterse en la piel de Matt Weston, un joven agente de la CIA, que se verá obligado a aprender a la fuerza de la mano del veterano Tobin Frost, encarnado por Denzel Washignton. Un papel que nos muestra una cara nada amable de la CIA…
-Estamos ante la tradicional película de espías, pero con una historia completamente atípica.
Bueno, lo que más me sorprendió fue la falta de glamour, ya que el papel de Denzel Washington es una visión de futuro de lo que le espera al mío y viceversa, y ese es un matiz interesante. La película intenta que nos demos cuenta de la hipocresía de las agencias, incluso de los personajes y eso es muy atractivo, sobre todo si lo comparamos con el ideal que de estas se tiene. Mi personaje, Matt Weston, actúa con moralidad, cree en ella, pero a la vez se ve obligado a mentirle a su novia y eso es lo que me atrajo principalmente del papel, su complejidad moral.
-Al igual que su personaje, ¿comparte esa visión tan recta de las cosas?
Cada uno debe buscar su verdad e intentar ser lo más autentico y honesto posible, pero dado que vivimos en un mundo bastante convulso es difícil de conseguir, pero creer en esos ideales sigue pareciéndome algo encomiable. Otra cosa es ser ingenuo, pero el idealismo es importante mantenerlo.
-¿Cómo se preparó para este papel?
Pues la verdad es que tuve suerte, y pude charlar con varios agentes de la CIA, y les tengo mucho que agradecer porque se mostraron muy colaboradores y generosos, sobre todo cuando me explicaron la soledad de sus vidas paralelas. Son personas que en muchos casos se sienten desamparadas y que mantienen un alto sentimiento de culpabilidad, es muy complicado. Incluso conocí a uno agente, al que después de veinticinco años se le daba permiso para contárselo a la familia. Imagínate pues la situación.
-¿Podría mantener una doble vida, como su personaje?
Sinceramente, no creo que fuese capaz. Debe de ser agotador estar mintiendo constantemente, a todo el mundo y en especial a los que más quieres. Aunque es un trabajo por una buena causa, creo que sería llevar a cuestas un peso terrible y no aguantaría.
-En la película, la visión que se da de la CIA no es demasiado positiva. Supongo que la agencia no habrá dado su beneplácito a algo así.
Pues no, no contamos con su bendición, pero también hay que tener en cuenta que ello niegan hasta su propia existencia, así que no podíamos esperar nada. Los agentes con los que pudimos hablar se acababan de jubilar y por eso gozaban de mayor libertad para contarnos cosas, pero poco más.
-¿Le sorprende la impunidad de agencias como la CIA, que actúan a su manera en todo el mundo?
Pues sí que me lo he planteado, y es sin duda un aspecto sobre el que reflexionar. Pero esta situación de impunidad no se da solo en Estados Unidos, todos los gobiernos son negocios, y en cierta manera da algo de miedo. Se supone que los gobiernos están para protegernos y para gobernar, pero la información que ocultan, el espionaje del que no sabemos nada, puede llegar a producir terror.
-¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con Daniel Espinosa?
Ha sido increíble, ya que es un apasionado del estudio de la naturaleza humana y es un aspecto que me gusta mucho de él. Hace poco, trabajé con otro director europeo, Rodrigo Cortés, en “Buried”; y curiosamente es otra cinta que trata de la visión del mundo según los americanos. Ha resultado una grata experiencia ver como se abordaban esos temas sin el característico matiz patriótico, dando mayor objetividad al contenido.
-Sin duda, esa se ha convertido en una de sus mejores actuaciones.
Eso creo, y Rodrigo sigue siendo para mi uno de los grandes creadores que se pueden encontrar tanto dentro como fuera de Hollywood. Para mí, ese trabajo fue muy emocionante y creo que es uno de esos papeles que siempre piensas que no va a llegar y al final… Soy de la opinión de que el cine europeo mantiene diferencias con el americano, observo que muchos directores europeos se muestran más sinceros, no tienen que pulir tanto; pero también hay que tener en cuenta que Hollywood es un negocio a gran escala y entraña mayor responsabilidad para los director, que deben devolver esos gigantes presupuestos que les asignan, y de ahí que eso se refleje en los temas que tratan.
-¿Qué tal ha sido su relación con Denzel Washington?
Siempre lo he admirado, no hay mucho que decir, me encantó en “Tiempos de gloria”, y su intento de estrangulamiento en esta película ha sido un honor, porque es uno de los grandes.
-El elenco de actores secundarios es uno de los valores a tener en cuenta en “El Invitado”, ¿no?
Por su puesto, y ha sido una verdadera lástima que no haya dispuesto de más tiempo para conocer mejor a algunos de ellos. De Rubén Blades, solo puedo decir que es fantástico, y que ojalá hubiera compartido alguna escena con Vera Farmiga; pero es que estaba encerrado en una habitación con Denze, así que… También he disfrutado mucho con Brendan Gleeson y solo queda felicitar a Daniel por su excelente criterio a la hora de rellenar los huecos del casting.
-Últimamente no para de trabajar, ¿Cómo logra desconectar?
Ya llevo dos años y medio sin ir a casa, creo que se me ha olvidado lo que es el tiempo libre. Aunque ahora, acabo de finalizar un nuevo rodaje, y voy a poder disfrutar de un par de meses de no hacer nada, y lo estoy deseando, aunque no creo que este mucho tiempo quieto.