Después del último no, llega un sí Y de ese sí depende el futuro del mundo” Wallace Stevens
Una década después de que UNA VERDAD INCÓMODA introdujese la crisis del clima en la cultura popular, aparece la fascinante y vibrante secuela que pone de manifiesto lo cerca que estamos de una verdadera revolución de la energía. El exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, continúa su incansable lucha, viajando por todo el mundo para preparar a un ejército de adalides del clima y para influir en la política climática mundial. Las cámaras le siguen entre bastidores, en momentos privados y públicos, divertidos y emotivos, en su esfuerzo por materializar la idea de que, aunque nunca ha habido tanto en juego, los peligros del cambio climático se pueden superar mediante el ingenio y la pasión que atesora el ser humano.
Q: ¿Se sorprendió hace 10 años por la intensidad de la respuesta a Una Verdad Incómoda? ¿Le llevó esa respuesta a pensar que se abrían oportunidades?
AG: No fue una simple sorpresa. La reacción del público ante UNA VERDAD INCÓMODA me causó una agradable sensación de asombro. Tengo unos conocimientos tan limitados sobre la realización de películas, que me avergüenza tener que decir que ni siquiera pensaba que fuese una buena idea hacer una película a partir de mi presentación de diapositivas. Sin embargo, la habilidad de Davis Guggenheim y de todo el equipo de cineastas, junto con Participant como fuerza que aportaba motivación durante todo el proceso, presentó al público una película que era mucho más elocuente, tanto como entretenimiento y como persuasión, de lo que nunca podría haber imaginado.
No soy yo quien tiene que determinar qué impacto histórico ha tenido la película, pero lo que puedo decir es que a juzgar por las reacciones de las que he llegado a tener conocimiento personalmente hay muchas personas en el mundo que creen que la película ha sido importante para ellas. También puedo decirles que en mis continuos viajes por todo el mundo para divulgar e informar al mayor número de personas sobre las soluciones disponibles y eficaces en términos de coste ante la crisis del clima sigo encontrándome prácticamente todos los días con personas que tienen algo agradable que decir acerca de la función que UNA VERDAD INCÓMODA desempeñó a la hora de persuadirles para implicarse más en esta causa.
Q: Ya han pasado 10 años. ¿Cuáles diría usted que han sido los cambios más importantes que se han producido a lo largo de la última década en la forma de abordar la crisis del clima?
AG: En la actualidad, la acumulación de contaminación que genera calentamiento global en la atmósfera ha aumentado hasta el punto en el que las consecuencias, en particular los incidentes meteorológicos extremos relacionados con el clima, son tan evidentes en todos los lugares del mundo que el consenso en torno a la necesidad de resolver esta crisis ha aumentado de manera espectacular.
El Convenio de París de diciembre de 2015 fue un verdadero punto de inflexión. Sus estipulaciones, por impresionantes que sean, no bastan para resolver la crisis, por supuesto. Pero sí que establecieron los cimientos para realizar un esfuerzo global completamente nuevo que encierra la promesa de que pronto seremos testigos de la adopción de medidas que realmente detengan los peores efectos de la crisis y que nos ofrezcan una base realista en la que apoyar nuestra esperanza de que podamos comenzar una recuperación lenta y prolongada. Estas mismas medidas generarán, simultáneamente, decenas o incluso centenares de millones de nuevos puestos de trabajo en el proceso de creación de una economía global sostenible basada en la energía renovable, la hípereficiencia, la agricultura sostenible, las explotaciones forestales sostenibles y la modernización de edificios en todo el mundo.
Los esfuerzos sostenidos para negar la crisis del clima plantearán dificultades permanentes al avance hacia las políticas que necesitamos, pero cada vez es menor el número de personas que presta atención a estos negacionistas. Lo que es más importante, los líderes industriales y empresariales, los inversores y los líderes de la sociedad civil han cruzado el Rubicón y el mensaje de la conferencia de París ha sido recibido por todos estos grupos. A estas alturas está apabullantemente claro que la Revolución de la Sostenibilidad tiene el alcance y la magnitud de la Revolución Industrial, combinada con la velocidad de la Revolución de la Información y de la Revolución Digital. También estamos siendo testigos de cambios radicales en todos los sectores del mercado y en todos los sectores de la sociedad, y el impulso ahora es imparable. La cuestión que sigue pendiente de respuesta es la de cuánto tardaremos en resolver la crisis y cuantos daños residuales habrán quedado incorporados al sistema climático y tendremos que abordar en los años, décadas y siglos venideros.
Q: La película es bastante diferente de UNA VERDAD INCÓMODA, porque la cámara está realmente con usted, siguiendo todos sus movimientos como si fuese su propia sombra, en sus desplazamientos por todo el mundo haciendo cosas que la mayoría de la gente nunca le ha visto hacer. ¿Qué fue lo que le atrajo de este método, y hasta qué punto fue difícil permitir ese tipo de acceso tan íntimo?
AG: Bonni y Jon y todo el equipo de cineastas se esforzaron tanto durante tanto tiempo que, de verdad, llegué a olvidarme de que estaban en la sala en la mayoría de las ocasiones, porque en realidad estaban prácticamente siempre allí. Ahora bien, cuando veo alguna de las secuencias que han elegido para el montaje final, recuerdo los momentos, pero a la vez, recuerdo que no estaba prestando atención en absoluto a lo que hacían las cámaras. Tienen una gran capacidad y dominio para hacer lo que hacen y estoy profundamente agradecido por la pasión y el compromiso que han aportado a la realización de esta película.
Hubo unas cuantas ocasiones en las que la persona con la que me estaba reuniendo no estaba realmente segura de querer reunirse conmigo, y mucho menos si en la sala había un equipo de rodaje completo, pero esas ocasiones se pueden contar con los dedos de una mano, y no creo que haya habido nada relevante que Bonnie y Jon se hayan perdido en el tiempo que hemos pasado juntos.
Q: Existe la idea, que se plantea en la película, de que se está forjando un papel como figura post política. Da la impresión de que tiene usted un impulso innato de servicio público. ¿Le parece que lo que está haciendo en el terreno del cambio climático en la actualidad es tan satisfactorio como lo podría haber el sido ocupar un cargo político?
AG: Bueno, personalmente nunca he sido víctima del delirio de creer que exista un cargo que pueda generar tanto cambio en el mundo como el cargo de Presidente de Estados Unidos. Pero después de no haber obtenido ese cargo, tengo que decir que para mí ha sido una gran fuente de alegría el encontrar otras maneras de prestar servicio y de marcar la diferencia. Y mi compromiso para hacer todo lo que pueda con el propósito de ayudar a catalizar una solución a la crisis del clima no es un compromiso del que pueda desentenderme en ningún caso. Es algo que he estado haciendo durante mucho tiempo y que seguiré haciendo mientras me quede un hálito de vida.
Q: En la película le vemos trabajando con el alcalde republicano de Georgetown, Texas. Dos hombres que podrían interpretarse como enemigos políticos, pero vemos que comparten algunos ideales en lo que respecta al medio ambiente. ¿Es este tipo de cooperación en el ámbito municipal algo que vayamos a ver con más frecuencia en el futuro?
AG: Estoy convencido de que vamos a verlo mucho más frecuentemente en el futuro. En la actualidad, me encuentro en este tipo de situaciones todo el tiempo. Uno de los motivos es que los desarrolladores de tecnologías renovables han reducido los costes de forma tan espectacular que están presentando a los municipios, a los alcaldes, a los gobernadores y a los líderes nacionales de todo el mundo una gama de opciones en unas condiciones muy favorables que hace 10 años no estaban ni remotamente disponibles.
Después de UNA VERDAD INCÓMODA y de otros acontecimientos que ocurrieron hace unos 10 años, tuvo lugar un punto de inflexión en el desarrollo de estas tecnologías. Frecuentemente, nos vemos sorprendidos por sucesos que hacen que las tecnologías se abaraten radicalmente a la vez que mejoran radicalmente. Lo hemos visto en el terreno de los microprocesadores informáticos, y nos hemos acostumbrado a ese fenómeno con nuestros teléfonos móviles, nuestras televisiones de pantalla plana, y la lista sigue y sigue. Y sin embargo, a muchos les sigue sorprendiendo que esa misma pauta se produzca en el campo de las tecnologías solares y eólicas, así como en el del almacenamiento de la electricidad, con las nuevas baterías más baratas y más potentes. Con las herramientas digitales que están disponibles de manera generalizada en la actualidad, en particular con la denominada Internet de las cosas, es posible eliminar las ineficiencias y reducir las emisiones sin que ello perjudique la calidad de vida, a la vez que, de hecho, se mejoran los beneficios empresariales.
Se trata de un fenómeno que modifica por completo la situación. Está ocurriendo en todo el mundo. Por eso afirmo que la Revolución de la Sostenibilidad es tan grande y generalizada como lo fue la Revolución Industrial durante los dos últimos siglos, y sin embargo también se está produciendo a un ritmo que iguala al de la Revolución de la Información que ha transformado nuestras vidas a la velocidad de la luz.
Q: Esto nos lleva a las elecciones de 2016. ¿Cambia la elección de Donald J. Trump el contexto de la película? ¿Tendrá que trabajar de una manera diferente para seguir logrando cosas en Estados Unidos en concreto?
AG: Todavía no sabemos cuál va ser la política de la nueva administración en relación con la energía renovable y con algunas de las otras iniciativas políticas que tanta influencia han tenido en el pasado reciente. Tengo que decir que sus nombramientos para la EPA y para otros departamentos y agencias importantes para el medio ambiente han sido profundamente preocupantes. Pero el impulso que se está generando por parte empresas, industria, inversores y administraciones locales y estatales proseguirá, independientemente de cuáles sean las políticas de la nueva administración.
No es la primera vez que los que trabajamos para resolver la crisis del clima nos hemos tropezado con inconvenientes no deseados. Hay que tener presente que el desánimo no es más que otra forma de negación. Este partido lo vamos a ganar. Sigue existiendo la preocupante posibilidad de que el mundo atraviese uno de esos denominados “puntos de inflexión” negativos sobre los cuales nos han advertido los científicos, pero soy optimista en cuanto a que el impulso que hemos alcanzado nos hará avanzar a la velocidad suficiente diga lo que diga o haga lo que haga la nueva administración.
Q: Otro momento destacable de la película es la escena en la que Piyush Goyal, el Ministro de Energía de la India, le dice, hablando sobre las inversiones en energía solar “Yo haré lo mismo cuando hayan pasado 150 años… Una vez que haya conseguido puestos de trabajo para toda mi gente. Después de haber creado mi infraestructura…” Ese es un argumento crucial que plantea el mundo en vías de desarrollo. ¿Cómo responde usted, siendo consciente de que hay tanta gente en el mundo tan necesitada, y siendo consciente también de que las consecuencias de utilizar los combustibles fósiles para satisfacer esas necesidades serán tan desastrosas?
AG: La semana pasada, por poner un ejemplo, la India tuvo que cerrar sus escuelas varios días a causa de la contaminación ambiental derivada de la combustión de combustibles fósiles y de otras actividades, que hizo que el aire fuese tan nocivo que hizo necesario aconsejar a la gente que evitase salir al exterior. Eso mismo ocurre frecuentemente en una serie de ciudades en todo el mundo. La presión política de los ciudadanos de esos países, la India incluida, aumenta semana a semana.
Por poner una comparación, hace 100 años, la ciudad de Nueva York se enfrentó a una crisis cuando sus calles se vieron anegadas por el estiércol de caballo, siendo preciso retirar de la ciudad todos los días caballos agonizantes o muertos, junto con las toneladas de estiércol. La tecnología de los vehículos de motor sustituyó a aquel modo de transporte en un período de tiempo muy breve, y resolvió el problema de los residuos. Hoy hemos alcanzado otro punto de inflexión. El equivalente actual de aquellas montañas de estiércol de caballo son los crecientes volúmenes de residuos gaseosos que estamos vertiendo a la atmósfera. De la misma manera que hace cien años aparecieron nuevas tecnologías que nos permitieron librarnos de la crisis de los residuos de aquella época, en la actualidad se está produciendo un fenómeno similar. La generación de electricidad de fuentes renovables como el sol y el viento resulta en la actualidad más barata que la generación de electricidad a partir de carbón y gas. Además, en este preciso momento se están empezando a introducir en el mercado los coches eléctricos y, según los principales fabricantes de coches, esa tecnología desplazará en breve a los motores de combustión.
Así que no creo que sea una ingenuidad proyectar la esperanza realista de que en breve nos encontremos con que países como la India modifican sus planes y evolucionan más rápidamente hacia las energías renovables. Ya está sucediendo. Los precios más recientes de la electricidad solar no subvencionada en muchos lugares del mundo son inferiores a la mitad del precio de generar electricidad a partir del carbón.
Aunque las empresas de minería de carbón y las eléctricas que generan energía a partir de carbón tienen mucho poder político tanto en Estados Unidos como en la India, ese poder no es ilimitado. Cuando se combina el imperativo económico de ofrecer a la gente electricidad más barata con la presión política ejercida por padres que quieren que sus hijos puedan ir al colegio y respirar el aire que les rodea, el cambio se va a producir muy rápidamente.
Q: En la película se le ve en París promoviendo un acuerdo con la empresa estadounidense SolarCity para facilitar a la India sus más recientes innovaciones en tecnología fotovoltaica, lo que ayudó a conseguir que el país firmase el convenio. ¿En qué situación se encuentra ese acuerdo en la actualidad?
AG: La mayor y mejor utilidad del acuerdo fue conseguir que la India se pusiese de nuestra parte en las negociaciones de París. Simultáneamente, el Presidente Obama y el Secretario de Estado Kerry realizaron un serio esfuerzo para convencer a la India de que renunciase a sus objeciones al convenio de París. Estoy muy satisfecho de que el principal negociador indio dijese que había sido muy importante poder decir al líder de la India que este tipo de transferencia tecnológica formaría parte de lo que el país podría obtener si se unía a la comunidad mundial. Más o menos por la misma época muchos de nosotros pudimos ayudar a convencer al Banco Mundial para que concediese el mayor préstamo destinado a energía solar de la historia a la India, por importe de mil millones de dólares [anunciado en julio de 2016].
En cuanto a la negociación definitiva y el seguimiento que se le dé, es algo que debe determinar la India. El hecho de que esta empresa estadounidense, SolarCity, estuviese dispuesta a ser tan increíblemente generosa y creativa contrarrestó el argumento de la India de que no se podía avanzar hasta que se atendiese de alguna manera a su tradicional exigencia de transferencia tecnológica. Fue un factor significativo, entre otros, a la hora de convencer a la India, de que se uniese al consenso global de París.
Q: Cuando se retira a descansar por la noche, ¿qué es lo que le hace sentirse más esperanzado respecto al mundo, sabiendo lo que sabe sobre lo precaria que es nuestra situación?
AG: Siempre me siento extraordinariamente esperanzado y agradecido pensando en los miles de líderes climáticos que hay ahí fuera todos los días ofreciendo sus versiones de la exposición de diapositivas a grupos en todo el mundo, y que se reúnen con líderes locales, regionales y nacionales para impulsar los argumentos a favor de resolver la crisis del clima, y que en el proceso están poniendo a trabajar a la gente a la vez que logran que el aire y el agua sean más limpios.
El hecho de que haya tanta gente en todo el planeta emprendiendo acciones a diario… eso es lo que me hace sentir más esperanzado.