Espías con Disfraz se suma a los largometrajes de animación que los cinéfilos de la nueva era conocen muy bien. Aunque se apoya en una fórmula algo conocida (El héroe, hábil, sociable, fuerte) y el cerebrito que le apoya, tiene muchos elementos que seguramente agradarán a los espectadores y que quizás logren consolidarla como un éxito de taquilla, lo cual parece ser la apuesta de sus productores.
Pocos personajes y mucha acción
Es algo que resalta de manera notable en la película. Lance Sterling y Walter Beckett (el héroe y el brillante científico) se llevan la mayor parte de la película que como es costumbre, se mueve entre situaciones graciosas, numerosas en la primera mitad de la película y mucha acción/riesgos, donde Lance recibe alguna ayuda al final y por supuesto, aparece su némesis con cierto toque del villano que ha estado engañando a todos hasta mostrar su verdadero plan/rostro.
Tom Holland trata de brillar en el doblaje
Sí, el Spider-Man más querido de la última década, que supo ganar el corazón de millones de fans en la taquillera Spider-Man lejos de casa, que cerró una fase gigante del Universo Marvel, esta vez hace parte del elenco en el interesante apartado del doblaje, dándole vida a otro joven brillante pero en este caso, no el héroe sino Walter Beckett, quién de manera sagaz e insistente logra convencer a Lance de probar constantemente nuevos inventos y sin tomar nunca el protagonismo por encima del eficiente espía, logra colocarse como parte clave del éxito de las misiones.
Aunque se puede criticar un poco lo sobreactuado de la voz en algunos momentos de la película (se nota por lo claves que son ciertos momentos), Holland hace un buen papel al darle voz a Walter, en una animación que además comparte ciertos esquemas con Spider-Man lejos de casa.
Mención aparte merece Will Smith, tanto su doblaje como el personaje a quien da voz, el súper espía Lance Sterling, brillan en la película tal y como busca el argumento, a esto debemos sumarle (siendo justos) que Will Smith tiene una gran experiencia haciendo doblaje, representando personajes de manera genial como Óscar, el Espantatiburones, entre otros.
La trama de Espías con disfraz no es del todo previsible aun cuando se mantenga en una estructura conocida de súper espía – científico brillante – villano con planes ocultos. En este caso el brillante Walter Beckett no es solo el inventor que se queda en el laboratorio, se involucra en la trama hasta el extremo de tomar un papel protagonista en la misma.
Lance es el típico súper espía que lo mismo se enfrenta a 3 que a 30 enemigos y los derrota sin despeinarse porque, otra de sus características y que le dan un gran parecido con Will Smith, es que rebosa confianza, estilo y elegancia, incluso en medio de la más intrincada misión.
Salvar a la humanidad toma un matiz divertido cuando se combinan de manera activa el cerebrito Walter Beckett, algo tímido y rechazado a nivel social pero con gran confianza para convencer y explicar sus inventos a Lance y el valiente espía, que no para de pasar situaciones embarazosas junto a Walter pero que, en todo momento, parece entender que en el fondo es un chico brillante y necesario para poder proteger al mundo de los mortales enemigos que tratan de dominarlo (o destruirlo).
La fórmula del villano incluye drones y un gran escenario de acción con riesgos para millones, de ahí que podemos compararla un poco con Spider-Man vuelta a casa, en este análisis no se puede profundizar mucho más por el evidente riesgo de spoiler—
¿Tendrá una segunda parte?
Aunque es algo apresurado tratar de adivinar si un largometraje o película tendrá segunda parte, es lo que suele hacerse desde la crítica, en el caso de largometrajes animados es difícil saberlo, la trama de Espías con Disfraz realmente no da para mucho, no tiene una historia o personajes de tal profundidad/complejidad que lleven a inferir la existencia futura de una segunda parte, pero con ese tipo de producciones nunca se sabe. La producción es entretenida, eso es innegable, sin embargo le hace falta esa chispa y esa historia cautivadora que vaya más allá de un villano del momento con alguna idea para destruir al mundo, eso da vida y permanencia a series como Batman, pero no da para alimentar nuevos largometrajes.
Es una buena opción para ver en familia, además de que, sin necesidad de ser la gran película del momento siempre dará de qué hablar, esto gracias al acierto de apoyarse en el nombre de Tom Holland (más allá de su doblaje) y en Will Smith para el dúo de personajes en los que se apoya la mayor parte de la historia.