Por el momento, si pensamos en un espía británico, nos viene a la cabeza 007, y esto no ha impedido a otros acercarse al “status” de “espía de manual” e intentar unirse a la manada, y lo creas o no, tener licencia para matar no hace que un espía sea el único que el público conozca. Claro está que, un buen agente secreto debe de tomar vodka Martini sacudido y no agitado, un coche repleto de cachivaches y botones secretos y seducir a las mujeres más peligrosas y hermosas del cine, entre otros dones. Pero tal vez te sorprenda que hay otros agentes y la verdad es que el que se presenta en Operación Fortune: el gran engaño, te impresionará: Orson Fortune.
Fortune es un súper espía, así que el papel le va como un guante al varonil (británico) Jason Statham, quien es contratado por un funcionario de defensa Nathan Jasmine (Cary Elwes) con una misión a la altura: recuperar un valioso elemento robado. No sabemos mucho más al respecto, excepto que un traficante de armas que trabaja en las sombras conocido como Greg Simmonds (Hugh Grant) está relacionado y hay una peligrosa banda que quiere hacerse con ese elemento.
Pero Fortune no trabaja solo, así que necesita la ayuda de sus compañeros habituales, dos espías de primer nivel (pero sin el “status” de Statham) interpretados por Aubrey Plaza y Bugzy Malone. Seguiremos de cerca a estos tres agentes en su misión más difícil hasta la fecha, infiltrándose en situaciones muy arriesgadas, pero para conseguir acercarse a su objetivo, necesitan la ayuda de Danny Francesco (Josh Hartnett), claro está que ha sido previamente chantajeado para que acceda, siendo una estrella de cine de la que Simmonds es claramente un fanático. A medida que avanza la película, descubrimos que esta misión va creciendo exponencialmente en comedia-acción, obviamente si hay armas de destrucción masiva que pueden cambiar el destino del mundo para siempre, y sí, esta no es suficiente la muerte acecha a cada paso que dan. Por cierto, ¿el simple hecho de encontrar tan buen elenco no te dice nada? ¿Grant no era lo suficiente?
Bueno, si has visto los trabajos anteriores del director Guy Ritchie, sabrías que el cineasta inglés es conocido por sus películas de gángsters británicas; Lock & Stock (1998), Snatch cerdos y diamantes (2000), RocknRolla (2008)y la más reciente, The Gentlemen (2019) dejando así su particular estilo y marca cinematográfica, consiguiendo una gran popularidad y mostrándonos en esta un viaje emocionante de 117 minutos con acción intensa, mucha adrenalina y otros momentos más “plot twist” que nos llevan desde España hasta Turquía.
Así pues nos encontramos ante una película que su principal atractivo no es su historia. Ya que sus guionistas; el propio Ritchie junto a Ivan Atkinson y Marn Davies tratan de enrevesar tanto la historia y añadir giros inesperados que acaban convirtiendo la trama como algo habitual y estándar, ya que nos ofrece a los traficantes más malos del mundo mundial y encontraremos conspiraciones del gobierno en medio. Así que yendo más allá de todo eso la película resulta ser entretenida por su gran elenco, que nos ofrece por el momento sin duda alguna de una de las películas de aventuras más divertidas del momento.
Destacando el papel de Grant, sorprendiendo mientras da vida a Simmonds, un novato multimillonario en el que no estamos seguros de confiar del todo. Verlo siendo tan “malote” nos recuerda lo encantador que era en Notting Hill (1999) y Love Actually (2003). Luego está Hartnett, el ya veterano rompecorazones adolescente de Hollywood que parece disfrutar interpretando a un actor arrollado por una conspiración global con tanta acción.
Pero con quien estamos realmente impresionados es con Statham, quien asume sin esfuerzo el papel de un súper espía descarado pero capaz de resolver todos los problemas. Siendo realista probablemente no sea el personaje más realista que hemos visto en cines (también he de decir que no vamos al cine a ver películas de espías para creer que sus super intervenciones existen en la vida real), pero desborda carisma.
Ya que cuando vemos a Fortune en pantalla tratando de luchar contra su claustrofobia o cuando toma alcohol para aliviar su miedo a volar, también sabe dar golpes a los malos y darles una lección. Siendo una persona muy suave y tranquila, algo que choca mucho con su personaje. Lo más importante es que él es un tipo con el que sabes que puedes contar a las buenas y las maduras y estaría bien poder ver más de Orson Fortune.