Sin duda alguna el verano es para disfrutarlo, y si es en familia mejor, o al menos ese es el mensaje que quiere transmitirnos el director Dani de la Orden en El mejor verano de mi vida, la comedia protagonizada por Leo Harlem y el joven Alejandro Serrano que comparten protagonismo con Toni Acosta, Stephanie Gil, Maggie Civantos e Isabel Ordaz, entre otros rostros conocidos de la comedia española como Jordi Sánchez, Arturo Valls, Salva Reina, Silvia Abril o Berto Romero.
Lo que si está claro es que en los últimos años, el tema familia ha ido cambiando, pero siempre han habido divorcios, padrastros, nuevas familias y todos esos cambios, en lo normal en cuanto a la paternidad y la maternidad se refiere, afecta de una u otra manera a los hijos. Tal vez de esa manera se influya en otros aspectos como la educación, ya que los padres se ocupan de otras cosas y los hijos pasan más tiempo conectados a Internet que a la vida real obviamente.
Con lo que en El mejor verano de mi vida veremos una cinta repleta de humor, ironía y de mucha ternura y nos ofrece además una cinta repleta de valores familiares y sociales, cada vez más ausentes en nuestra sociedad. En el que veremos como un hombre deja atrás su egoísmo y encuentra dos valores más importantes en esta vida; la integridad y la solidaridad y en la que también veremos como un padre y un hijo cada vez más distanciados por las menos acertadas decisiones de su padre, terminará encontrando el camino para reconciliarse y apoyarse; con humor y mucho cariño.
La cinta se centra en la historia de Curro, un hombre decidido a cumplir su sueño y después de 10 años estudiando consigue terminar la carrera en Económicas. Con lo que después de otros tantos años rozando alcanzar su meta en el mundo financiero. Y al final acaba vendiendo robots de cocina y se convierte en un destacado y empeñado vendedor de robots de cocina que sueña con un trabajo más a sus ideas.
Pero mientras persigue esas metas, se olvida que tiene que lidiar con su familia y durante una crisis en su matrimonio y con fuertes deudas con diferentes entidades financieras, hace una promesa que no es capaz de cumplir: si su hijo Nico de 9 años consigue sacar todo 10 y remontar el curso le llevará a unas vacaciones de verano inolvidables. Al final el niño consigue lo imposible y su padre deberá de cumplir su promesa con lo que padre e hijo emprenderán así a un viaje que les llevará a conocer gente increíble y vivirán algunas situaciones que jamás se podrían haber imaginado y que lo más seguro es que esas personas cambiarán el rumbo de sus vidas, tanto para lo bueno como para lo malo.
Así que Dani de la Orden sabe muy bien como jugar con los ritmos y las emociones a lo largo de las tres partes de la película, contando con una breve y rápida introducción a modo de cuento infantil en el que Nico nos presenta a el héroe de su padre, Curro.
Una vez entremos en la primera parte de la película conoceremos a Daniela, su madre e iremos conociendo todo lo que tiene que lidiar Curro para conseguir encontrar el rumbo y volver a ser una familia. Y antes de dejar atrás el primer acto es cuando entran en acción la otra joven protagonista, Stephanie Gil y Maggie Civantos y veremos poco a poco mientras avanza la historia como sin saberlo el destino de estos cuatro, parece caminar en el mismo sentido y todo parece estar conectado.
Y entrada en la parte final de El mejor verano de mi vida es cuando la película deja atrás la el principal elemento como lo es la comedia para convertirse en la parte más dramática de esta, casi como si de una tragicomedia se tratara. También gracias a ese humor veremos como esos mensajes que pretende transmitir la película se fijen sin llegar a recurrir a la moralina ni a la tesis.
Algo que también ayuda a que el ritmo de El mejor verano de mi vida no decaiga y se convierta en algo más simple y sin sustancia, en parte se debe a la aparición de otros rostros cómicos como el de Berto Romero, Nathalie Seseña, Juana Cordero o Ricardo Castella. Con lo que la parte cómica no recae solamente en Leo Harlem, el cual consigue tocar la fibra del espectador gracias a su simplicidad y su cercanía con la cámara.
Con lo que la película funciona gracias al esfuerzo de sus protagonistas y al trabajo del realizador, Dani de la Orden, quien, consigue haber demostrado tener mejor gusto y las ideas más claras sin llegar a recaer en los gags sin sentido y simples, mostrándonos una entrañable fábula, ingenua y buenrollista, que trata grandes temas actuales de la sociedad como: las nuevas familias son familias, ¿El dinero da la felicidad?, la tentación y el cortoplacismo o la teoría del doble error. Girando en torno a la figura idealizada del padre.
Y más allá del apartado artístico encontramos la partitura compuesta por Zacarías M de la Riva, que sin duda alguna acompaña en todo momento las intenciones del director y la música de El mejor verano de mi vida servirá para apoyarse en sus intenciones y también ayudarnos a conducir mejor nuestras emociones.