Pacific Rim de Guillermo del Toro se estrenó en 2013 y rápidamente se convirtió en una película sorprendentemente sólida, y podría resumirse como una película de «robots gigantes que luchan contra monstruos gigantes». Ahora pues esta secuela Pacific Rim: Insurrección ha sido dirigida por Steven S. DeKnight, en la que nos ofrece una película más coral y con un estilo muy diferente a la que nos trajo Guillermo del Toro en 2013, de hecho, lo único que mantiene son las peleas entre robot y monstruos, tanto es así que incluso se atrevería a compararla como una simple película de cine B con un presupuesto gigante, pero ¿realmente importa cuando te diviertes y te entretiene tanto?
Así pues Pacific Rim: Insurrección (Pacific Rim Uprising) nos introduce en su primera parte como sigue la historia diez años después de los eventos de la primera película. La Guerra contra los Kaiju ha terminado y la grieta con la otra dimensión alienígena se cerró, lejos de la destrucción global. Y ahora la mayor parte del mundo ha avanzado y la mayoría de las ciudades han sido reconstruidas, aunque no todas, ya que las ciudades cercanas a la costa eran las zonas más afectadas por los Kaiju, convirtiéndose en zonas degradas y convertidas en zonas poscritas. Es aquí donde conocemos a Jake Pentecost (John Boyega), él hijo del Mariscal Marshal Stacker Pentecost, el personaje interpretado por Idris Elba en la primera película, que rechazó la vida de piloto de Jaeger y ha estado viviendo alejado del mundo robando y viviendo a cuerpo de rey en la costa sur de California, destrozada por la anterior guerra. En un intento de conseguir algo de material valioso de un Jaeger retirado, Jake es arrestado por la policía junto a una joven llamada Amara Namani (Cailee Spaeny) que ha construido su propio Jaeger, mucho más pequeño. Y es cuando la hermanastra de Jake, Mako Mori, Rinko Kikuchi que regresa en su papel, le da una oportunidad para evitar la cárcel, y se le encomienda una misión entrenar a los jóvenes pilotos Jaeger, incluyendo así a la recién reclutada Amara.
Pero el programa Jaeger está a punto de desaparecer y parece que será sustituido por drones, sobre todo cuando una cumbre entre el cuerpo de Pacific Rim y el resto de naciones se van a reunir para tratar este hecho, un Jaeger rebelde ataca Sidney, con lo que las cosas se tuercen rápidamente, poniendo así punto y final a la primera parte de la película.
Es ahí dónde Pacific Rim de Guillermo del Toro se tomó a sí misma, y su trama era tan diferente, considerándolo todo, y es que Pacific Rim Insurrección hace un giro completamente diferente y en otra dirección. Si la primera entrega nos hablaba del conflicto, tratando de entender al enemigo que nos ataca y sus razones. En cambio esta segunda parte se centra más en un grupo de personajes que están dispuestos a sacrificar todo por un bien común, aumentando más si cabe la acción y la intriga por conocer a su nuevo enemigo. Con lo que aumentará la dósis de todo, evolucionando y dando las claves de una continuación hasta dejarnos clara las intenciones de esta franquicia, una trilogía y la próxima entrega suponemos que será el desenlace de esta guerra. Pero a pesar de todo esto, esta segunda entrega cuenta con momentos más «divertidos» así que no se les puede negar al equipo creativo su empeño.
Sobre sus protagonistas; John Boyega nos ha mostrado en las nuevas entregas de La Guerra de las Galaxias que se siente perfectamente como en casa, pero mientras él está en pantalla se nota que es la estrella aquí, y nos demuestra que él impulsa la narración de la película gracias a su carisma. Ya sea siendo el copiloto de Scott Eastwood, discutiendo con este por su pasado mientras se prepara un helado o dando el «discurso inspirador» requerido antes de entrar en combate.
Scott Eastwood en cambio cumple con su papel como actor de reparto, y cobra un mayor protagonismo a mitad de la película cosa que es de agradecer y logra mantener el equilibrio junto a Boyega siendo la parte más dura siguiendo las reglas militares y cumpliendo con sus obligaciones, ayudando a su copiloto a volver a recobrar el buen camino. Aunque siento que podría haber tenido un mayor protagonismo, pero bueno esa parte recae en la recién llegada Cailee Spaeny que también merece algo de crédito. Su química con Boyega es bastante sólida y, si bien su personaje, (la chica de la calle que es más inteligente que el resto de reclutas) tiene el potencial de cansar rápidamente, consigue mostrarse de forma más genuina y va ganando mayor peso a medida de que vamos avanzando.
El resto del equipo joven que se nos presenta es un grupo diverso que conoceremos lo suficiente como para desear conocerlos mejor en un futuro, siendo mayormente cierto que son personajes secundarios. En esta cinta también regresa el dúo de Burn Gorham y Charlie Day como los científicos Gottlieb y Newt que cuentan con momentos muy destacables y además de ser la parte cómica, también son piezas claves de esta nueva historia, también encontraremos otros protagonistas que cumplen con sus roles como Jing Tian como Liwen Shao y Adria Arjona como la técnico Reyes, en definitiva un gran reparto muy nutrido y variado que ayudan en todo momento a comprender que el peso de esta historia no solo recae en dos únicas personas.
Si es cierto que Pacific Rim: Insurrección puede parecer muy predecible a lo largo de su historia pero en su conjunto las tres partes que componen esta historia están muy bien hiladas y se desarrollan a un ritmo muy constante. Encontramos además que hay una trama, y esta funciona en cada una de sus partes. E incluso hay ciertos guiños a la primera entrega con lo que si eres fan de esta saga la disfrutarás tanto como he hecho yo en el cine.
Ya que para ser honestos, hemos ido al cine a ver cómo robots gigantes luchan contra otros monstruos, algo que se hecho de menos en la primera entrega, más acción y más robots en pantalla y en ese sentido, Pacific Rim Insurrección cumple. Ofreciéndonos secuencias de acción agradables y satisfactorias e incluso veremos gadgets nuevos para los Jaeger.