Hay mucho que apreciar sobre Passengers del director Morten Tyldum. más allá del hecho de que es raro ver una cinta de ciencia ficción original, íntima y llamativa actualmente en Hollywood, también es una película que plantea interesantes cuestiones de moralidad. Passengers cuenta con dos grandes actuaciones de dos de los mejores actores del momento Chris Pratt y Jennifer Lawrence, además de un diseño de producción casi perfecto y con unos increíbles efectos visuales. El problema, es que sólo esa magia transcurre durante las dos primeras partes de la película, cuando entramos en el tercer y último acto de la película la película abandona por completo todo lo interesante que a bordado y creado maravillosamente, convirtiéndose en el típico blockbuster algo insípido.
Está claro que dar al público muchos detalles e información de la historia puede arruinar por completo la experiencia y sorpresa del público en el cine (y sinceramente por una vez la campaña de marketing ha jugado un gran papel y se han guardado detalles importantes en la historia). Pero puedo decirte que hay algo más allá de lo visto en los tráilers la cinta se basa en un guión de John Spaihts, la historia se centra en lo ocurrido en la nave Avalon con 5.000 pasajeros hibernando en un viaje de 120 años a través del espacio hasta un nuevo mundo al que llamar hogar y empezar una nueva vida. Desafortunadamente, durante este trayecto la nave atraviesa un campo de asteroides imprevisto y como resultado ciertos sistemas terminan dañados, y a falta de unos 90 años de viaje, Jim (Chris Pratt) y Aurora (Jennifer Lawrence) se despiertan antes de tiempo, sin nadie más a bordo de la nave, tratarán de volver a hibernar sin conseguirlo. Ambos se encontrarán completamente solos en compañía de un camarero androide amistoso llamado Arthur (Michael Sheen), no sólo deberán de tratar de encontrar como vivir ante esta situación, si no como ha afectado esa avería a la nave y como salvar la vida de todo el mundo a bordo de esta nave llegado el caso.
Passengers ofrece los momentos más atractivos e interesantes cuando opera dentro de su menor escala, donde es realmente capaz de explotar los mejores elementos del género de ciencia-ficción, donde se explora los detalles de la humanidad. Y es que antes de que Aurora entre en escena, Jim se pasa todo un año vagando por la Avalon él solo, y es entonces cuando nos sorprende una gran actuación por parte Chris Pratt, y es que logra ser todo, desde el punto de lo más divertido y mono hasta el más aterrador y trágico, ya que capta sorprendentemente la verosimilitud de lo que podría ser vivir esa experiencia. Y cuando Aurora aparece, su presencia trae consigo todo un lío de dilemas éticos.
Una gran parte de la razón por la cual estos temas tan interesantes se van desvaneciendo es porque Passengers no termina de resolver por completo ninguno de estos, ya que en lugar de usar el tercer acto para resolver esas dudas, la historia se centra completamente en la nave y en como nuestros protagonistas se centran en salvar a toda la tripulación y la nave.
Para la banda sonora de la película, Thomas Newman ha compuesto algunas piezas fantásticas y hermosas en su conjunto, mezclando sorprendente lo práctico con un toque digital, sobre todo al escuchar los elementos tan característicos de Newman, la cuerda y el piano. Algo que también puedes faltar es el misterio que rodea la causa de porque la nave falla salvo por los asteroides mencionados, tal vez este elemento hubiera dotado de mayor profundidad y suspense hasta el acto final, añadiendo así un nuevo giro a la narrativa de Passengers.
En el momento en que Passengers llega a su abrumador final, esperas que no empiece tan fuerte. Passengers cuenta con elementos muy sólidos y convincentes como sus principales interpretaciones, un diseño de producción interesante y creativo, pero puede que su principal defecto sea su parte final y que su ética interna ese desvanezca por nada, poco a poco.