Crítica de Rogue One: una historia de Star Wars de Gareth Edwards

El director Gareth Edwards debutó como director de largometrajes en 2010 con la cinta de ciencia ficción Monsters, realizó su segundo largometraje con Godzilla (2014), antes había realizado varias TV series y su debut como director en una TV Movie “End Day” (2005), entre otros proyectos, es el responsable de dirigir en esta ocasión Rogue One: Una Historia de Star Wars.

Y como bien sabemos desde que el hype y el movimiento fan saltó por los aires de la emoción, sabemos que esta cinta nos cuenta la historia de un grupo de rebeldes que deberá de conseguir los planos del arma definitiva del Imperio Galáctico: La Estrella de la Muerte

Felicity Jones, encabeza el reparto protagonista como Jyn Erso, la clave de la rebelión para conseguir los planos del arma definitiva, ya que su padre trabaja en este proyecto ultra secreto y les ofrece el secreto a un precio muy alto, interpretado por Mads Mikkelsen. Para ello tendrá que ser reclutada por un joven e implacable oficial de inteligencia de la Rebelión, Diego Luna y su leal compañero metálico K-2SO, un droide imperial reprogramado interpretado por Alan Tudyk. Junto a estos veremos también a Ben Mendelsohn, Riz Ahmed, Donnie Yen, Warwick Davis, Forest Whitaker, Jiang Wen, entre otros.

El Director Krennic líder de la finalización del proyecto Tarkin (Ben Mendelsohn)

Y coincidiendo que he mencionado a su reparto, diré que siento que hay mucho personaje para tan poco protagonismo, los personajes parecen que sean nuevos pero su esencia nos recuerdan a otros vistos anteriormente en la saga, perdiendo por completo la originalidad de este interesante proyecto. Felicity Jones pretende contagiar su espíritu rebelde e inconformista como hemos visto con la Princesa Leia (Carrie Fisher) o la más reciente Rey (Daisy Ridley), tal vez porque le cuesta encajar con su personaje y hay momentos en los que se diluye. Sobre repetir personajes, Diego Luna y su robot, perfectamente nos recuerda a Han y Chewie o nuestro más conocido Quijote y Sancho.

Junto a los ya mencionados podemos mencionar que se desaprovecha por completo el enorme talento de Mikkelsen y Whitaker, y el intento fallido de la explicación de la vinculación de ambos personajes mediante un fuerte lazo de unión con la infancia de Jyn. Y como caballeros Jedis no aparecen en esta entrega, pues se incluye el personaje de Donnie Yen, que no para de hablar de la Fuerza y de su poder con cierto aire religioso y misticismo.

Sobre la historia y la estructura nos recuerda más bien a una cinta bélica como los Doce del patíbulo, El desafío de las águilas o incluso Los cañones de Navarone en plena segunda Guerra Mundial cuando los Aliados, en este caso la Alianza trata de buscar las motivaciones o elementos indispensables para derrotar a los Nazis, el Imperio Galactico y así desmoronar los planes de Palpatine. Este hecho hace que con todos esos elementos en pantalla y metidos en el argumento de Rogue One, se pierde por completo la magia y se transforma en una especie de refrito con efectos y en una galaxia muy, muy lejana…salvo por el desenlace que si hay que reconocer ciertos momentos épicos y otros muy absurdos como sacrificios humanos por una buena causa.

Si es cierto que a la película le falta ritmo, y tarda mucho en entrar en materia, con casi una hora en la que se nos presenta a nuestro “comando” y sus principales motivaciones para destruir a su enemigo común. Además se puede percibir que la historia cuenta con elementos novedosos y tiene un poco de intriga, puede que ese fuera el toque de Edwards en la película, añadiendo un valor personal que nos recuerda incluso a Lucas o Spielberg, ya que el director reconoce que fueron sus principales inspiraciones durante su carrera.

Y ahí puede que sea cuando Disney se mete en medio, y por miedo a un fracaso comercial, decidieran cambiarle al director su labor y así fue como volvieron a rodar Rogue One, retrasando su estreno y convirtiéndolo en la película más cara de la saga galáctica. Y le restara la esencia bélica o tinte negro que nos ofrece, ¿que hay de idea original del director y que re escrito por la formula de la felicidad de Disney? ¡No lo sabemos!. Lo que si sabemos y notamos es que la película pierde a veces ese efecto dramático y la historia parece que va dando saltos de un lado para otro sin saber que tiene que transmitir, como pasa a veces con la relación de Jyn-Andor, quieren pero no pueden, todo vale a cualquier coste, por no hablar del mensaje de rebelión y lucha que pretende transmitir esta película, es decir presentarnos a una Alianza Rebelde y sus convicciones contra Palpatine, ¿rebeldes sin importar lo que se haga, si es por una buena causa?.

Chirrut Îmwe (Donnie Yen) se enfrenta al Imperio en Rogue One

Sobre el apartado técnico de Rogue One, hay ciertos elementos que se notan y le restan cierto valor a la fotografía, como la remasterización de un personaje en CGI (ya que su actor Peter Cushing, pensarían que quedaría bien incluirlo por digital por no hablar del personaje final que aparece).

Sobre otro de los esperados aspectos de Rogue One tengo que declarar que la banda sonora de Michael Giacchino no me ha transmitido nada, un intento rápido de parecerse a Williams, sin esencia, lo sé soy de los que piensan que una banda sonora de Star Wars sin Williams no es Star Wars y si soy consciente de lo que escrito pero hay juegos de la saga con mejor BSO que esta. Si es cierto que en algunos momentos la partitura quiere acercarse al universo de Star Wars e incluso aparecen elementos que nos recuerdan a los imperiales, la fuerza y nos recuerdan a Williams, pero por si sola no termina, y en cuanto a su combinación con la película, cuando debería de acompañarnos en nuestro viaje en pantalla, se desubica por completo.

Y por no hablar del tema de los créditos iniciales de Rogue One ¿Una película de Star Wars sin créditos de inicio? Así no Disney…

Sobre el Autor

Alfi

Diseñador e ilustrador, amante del séptimo arte, devorador de Bandas sonoras y de videojuegos, y un fiel servidor al Orden Jedi.