Cronenberg profundiza en la historia del psicoanálisis con Un Método Peligroso

“Un método peligroso”, presente en la Sección Oficial de la Mostra de Venecia, se postula no solo como un gran estreno para este 25 de noviembre en nuestro país, sino también como un firme candidato a los Oscar del próximo año. 

Dirigida por el que casi siempre imprescindible David Cronenberg, que en la última década ha ido dotando de mayor exquisitez formal su amplia filmografía, nos llega esta gran película, donde el director se continua perturbando con los mismos temas y que sigue transgrediendo los mismos limites, que ya se planteaba cuando dedicaba todos sus esfuerzos al cine de terror biológico con películas como “Videocrome” (1983) o “La mosca” (1986). En los últimos tiempos se ha ido distanciando de los cuerpos abiertos en canal y las deformaciones imposibles, para dotar a “Un método peligroso” con trabajos más tortuosos a nivel psicológico, como en una de sus grandes películas “Inseparables” (1988). 

El director vuelve a recurrir, como ya hizo con anterioridad en otros de sus trabajos, a la adaptación cinematográfica, y en esta ocasión ha elegido la obra teatral de Christopher Hampton llamada “The talking cure”, que se basa en la novela de John Kerr titulada “A most dangerous method”.

En su momento, la pieza teatral de Hampton tuvo un gran éxito tras su estreno en el National Theatre de la capital británica, en la que Ralph Fiennes daba vida a Jung, quien ya había trabajado en 2002 para Cronenberg en “Spider”, y a partir de este momento Cronenberg quedó seducido por la posibilidad de trabajar acerca de tres personajes históricos de lo más carismáticos. «Sabina contribuyó mucho al desarrollo de las teorías de Freud y Jung».  «Esto no se supo hasta que se descubrió la correspondencia que mantuvieron los tres. La pasión es palpable a través de sus palabras, teorías y pensamientos abstractos. Eran personas fascinantes y es una historia fantástica», comentaba el realizador. 

El rodaje del film tuvo como escenarios principales las ciudades de Colonia, Bodensee (cerca del lago Constanza) y la capital austriaca. En la ciudad alemana se filmaron los interiores del hospital Burghölzzi y los pisos donde vivieron Freud, Jung y Spielrein. También se recreó parte del barco en el que viajaron Freud y Jung a Norteamérica, durante un momento concreto de la historia. Asimismo, las calles de Viena vieron como crecía un joven Freud, mientras que el Lago Constanza hacia de sustituto para el Lago Zúrich, con el fin de ambientar lo mejor posible esta historia que se remonta a principios del siglo XX.

Con este interesante contexto, la ambientación tenía que ser lo más cuidada posible, y por eso el diseño de producción  recayó en manos de Denise Cronenberg, que se hizo con una amplia documentación con el fin de sustentar de forma inmejorable esta propuesta. Para los más observadores, se darán cuenta como a lo largo del film, los trajes de las mujeres evolucionan según el año, debido a las notables diferencias en la moda entre los años 1904-1910 y 1913.   

También la banda sonora se ha convertido en un aspecto relevante para la película, esta corre a cargo de Howard Shore, que ya ha colaborado anteriormente con Cronenberg. Juega un papel clave a lo largo de la historia la ópera de Wagner titulada “Sigfrido”: «El mito de Sigfrido es el núcleo de la historia, de la relación entre Sabina y Jung. Esto me llevó a la obra de Wagner y a la creación de su personaje».  «Quería adaptar piezas representativas de la ópera e intentar relacionarlas con la historia de Jung y Freud. En un momento, Sabina fantasea con que Jung es Sigfrido y ella lleva a su hijo en su seno. Es un personaje muy importante para los dos», declara Shore.

Forman parte de este laureado film, el actor canadiense Viggo Mortensen (The road) que a sus espaldas tiene una provechosa carrera con grandes títulos, como “Una historia de violencia” (2005) o “Promesas del este” (2007), donde trabajó con Vincent Cassel (“Cisne Negro”). También has que destacar a Keira Knightley (Saga “Piratas del Caribe”) y a Michael Fassbender (“Centurión”). También forman parte del reparto Sarah Gadon, que repetirá con el director en su próximo trabajo “Cosmópolis” (2012), André Hennicke (“Pandorum”) y  Arndt Schwering-Sohnrey (“Malditos bastardos”). 

El film ambientado a las puertas del estallido de la I Guerra Mundial, sitúa su foco de acción entre las ciudades de Zúrich y Viena; una historia con un trasfondo intelectual y sexual que cambiarían la dirección del pensamiento moderno. Conoceremos la vida del joven Carl Jung (Michael Fassbender) que se prepara para ser psiquiatra y su relación con el que fue su mentor Sigmund Freud (Viggo Mortensen), y la mujer que estuvo entre ambos, Sabina Spielrein (Keira Knightley), paciente de Jung. También juega un papel importante otro paciente libertino, Otto Gross (Vincent Cassel), dispuesto a traspasar todos los limites. La reunión de los cuatro será clave para sus carreras y para determinar el rumbo que tomaría la ciencia del psicoanálisis.