El pasado sábado 21 de junio tenía lugar en el Ayre Hotel Astoria Palace el Encuentro Making Of entre el cineasta Gonzalo Suárez y el público asistente. Y alrededor de la mesa se sentaba también la actriz y conocida del director, Ana Álvarez, junto al director de Cinema Jove, Rafael Maluenda. Rodeados por una gran afluencia del público que esperaba oír las palabras del director. Desde el primer momento de la presentación y los halagos dirigidos hacia el veterano director por parte de Ana y Rafael, “si en los principios de Gonzalo hubiera existido Cinema Jove, nos hubiera encantado traerle, ya que es un director fresco y audaz desde sus principios”, según Maluenda.
Gonzalo Suárez, además de director es un reconocido escritor y no dudo en compartir algunas profundas reflexiones sobre la diferencia entre estas dos disciplinas que tan bien conoce: “Lo que destaca del cine frente a la literatura es que la imagen roba el alma, a pesar de que el alma sea algo tan dudoso que ni siquiera sepamos ni donde está”. Y de la literatura resaltaba que es un trabajo que uno desarrolla en solitario y que el cine es un trabajo compartido con mucha más gente en todo momento.
El director aprovechó para hablar sobre su selección de películas que ha hecho para la conocida sección del festival ‘Cuadernos de rodaje’, que hasta el viernes 27 se puede disfrutar todos los días en los Jardines de Viveros, a las 22:30h. El director culpaba de nuevo al azar, como ya hizo en la Gala de Inauguración del Festival que “Ya ni siquiera recuerdo con claridad el argumento de todas las películas, pero lo bonito es que a pesar de ello sé que me fascinan”.
Durante el coloquio el cineasta tuvo la oportunidad de compartir y narrar a los asistentes cantidad de anécdotas; sobre sus rodajes, sobre la estrecha relación que le unió a la actriz Ana Álvarez por motivo de “Don Juan en los Infiernos”, cómo por culpa del rodaje de “Remando al viento” empezó la historia de amor entre los actores Hugh Grant y Liz Hurley, y un largo número de anécdotas digno de una persona que vive para contar historias al público. Y con gran humor demostró al responder una pregunta del público, declaró que su salto al mundo literario fue más bien “más que un salto, un tropiezo”. Además recordó lo costoso y laborioso que era antes hacer cine, sobre todo cuando el material grabado tenía que pasar precisamente por un laboratorio, a diferencia de lo que ocurre a día de hoy mediante los medios digitales”.
Al finalizar el encuentro le preguntaron qué consejo le daría a alguien que esta empezando en este mundo, el del cine, a lo que el director ha manifestado la poca utilidad que le ve los consejos pero, después de reflexionar la pregunta, concluyó comentando que “las ideas nunca son de uno mismo, y lo único que uno posee es la actitud; y hay que tener las puertas abiertas constantemente a los estímulos y la misión de un director siempre debe ser la de no estorbar ni interrumpir cuando algo de eso sucede”.