La invención de Hugo, una cinta para soñar

Este viernes se estrena el último y más esperado trabajo del veterano director Martin Scorsese: “La invención de Hugo”. Con uno de los presupuestos más altos, 170 millones, ha encandilado a la crítica y al público y así lo refleja el hecho de ser la película que opta a más Oscars, nada menos que once estatuillas podría llevarse la cinta.

Con estos antecedentes tan prometedores, vamos a conocer un poco más de este film; puesto que “La invención de Hugo” es una adaptación cinematográfica del libro ilustrado de Brian Selznick, que apareció publicado en 2008 con el título original de “The invention of Hugo Cabret”. Este el primer trabajo en el que el cineasta Martin Scorsese se adentra en el género fantástico y de aventuras, más enfocado a que disfrute toda la familia. Una apuesta que ha sorprendido, pero que nos permite entender la cinefilia del director de “Taxi Driver” (1976), así como su profundo cariño por el género, convirtiendo de este modo su último trabajo en un verdadero homenaje a este arte y sus orígenes. Es fácil intuir la relación del film con los sueños y la imaginación de otro de los grandes padres del cine narrativo, el mismísimo George Méliès, que toma el rostro de Ben Kingsley (“Shutter Island”), un sentimiento que Selznick debió de experimentar cuando vio por primera vez “Viaje a la Luna” (Méliès, 1902) y que sin duda influye en su posterior relato.

Scorsese ha proclamado a lo largo de su apasionante carrera, el gran amor que siempre ha sentido por el cine y lo ha mostrado de distintas formas. Escribió una emotiva carta al director Elia Kazan en “A letter to Elia” (2010); también habló de sus queridos maestros en la gran obra “Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano” (1995) y señaló a Val Lewton en la incomparable “Shutter Island”. Queda claro, que Scorsese no ha desaprovechado ninguna oportunidad a la hora de confesarse un verdadero amante del mundo del celuloide y que se remonta a uno de los grandes como lo fue, Méliès, a quien se le han atribuido más de 500 cintas. Una prolífica carrera, que llevó a Scorsese a escoger un puñado de estas, con el fin de citarlas de la manera más fiel posible, con recreaciones realizadas fotograma a fotograma: «Fue una empresa enorme, y no nos dimos cuenta plenamente de lo difícil que iba a ser. Pero lo disfrutamos. Nos parecía, cuando estábamos trabajando en el estudio de Méliès, que para todos nosotros era una fiesta y un honor estar haciendo versiones de esas obras imperecederas», nos revela el cineasta.

Por otra parte, “La invención de Hugo” se ha convertido en el primer largometraje que Scorsese dirige por completo en 3D, tecnología que no le es del todo ajena; ya que durante la década de los cincuenta, mientras el director se formaba, ya estaba en boga todo lo referente al mundo de las tres dimensiones, pudiendo disfrutar por aquel entonces con títulos como “Los crímenes del museo de cera” (André de Toth, 1953) o “Crimen perfecto” (Alfred Hitchcock, 1954). Ambas películas formaban parte de un cursillo de filmación en 3D, que se proyectaron para  los miembros del equipo de rodaje, puesto que para la gran mayoría este era su primer proyecto en 3D.

Por eso, para el rodaje de “La invención de Hugo”, se recurrió al estereógrafo Demetri Portelli, que mantuvo el control para que el director de fotografía Robert Richardson, pudiese hacer frente a este gran desafío: «”Hugo” representaba un reto sin precedentes. Yo deseaba evocar el romanticismo del París de los años treinta, pero sin disociarme del presente. El cine francés siempre ha ocupado un lugar especial en mi corazón, y con el inmenso potencial del 3D esperaba reproducir la magia con la que Méliès creó el conjunto de su obra», señalaba Richardson.

La historia de Hugo (Asa Butterfield), es la de un niño solitario que ha perdido a su padre (Jude Law) y a su madre, y que ahora vive con su tío Claude (Ray Winstone) en una abarrotada estación parisina, haciendo el trabajo de un adulto. Todo cambia, cuando su tío se marcha y Hugo se queda solo, acompañado por una misteriosa figura robótica que le dejó su padre. Pronto conoce a Isabelle (Chloë Grace Moretz), una niña que guarda una llave que encaja con el autómata y que será la clave para desentrañar el secreto que este encierra.

“La invención de Hugo” está ambientada en el París de los años 30, aunque la cinta propone una versión propia de la capital francesa que se sitúa entre el realismo y el mito. La mayoría del rodaje se llevó a cabo en los estudios Shepperton, ubicados en Inglaterra, bajo la atenta supervisión de la investigadora Marianne Bower, y la garantía del trabajo del diseñador artístico Dante Ferreti.

El escenario que no podía faltar era la estación de tren en la que vive Hugo, diseñada a partir de combinar los distintos elementos y estructuras de varias estaciones parisinas, y que tuvo un resultado monumental, ya que solo el vestíbulo medía 50 metros de longitud, 40 de ancho y 13 de alto.

El equipo también recurrió a otras localizaciones como el Victoria and Albert Museum de Londres, que sirve para dar vida al museo donde trabajaba el padre de Hugo. También se empleo un aula de la universidad de la Sorbona como sala de un antiguo cine parisino.

Y como no podía ser menos, una película de tal calibre cuenta con un reparto de lujo. Los protagonistas son Asa Butterfield (“La niñera mágica y el Big Bang”) y Chloë Grace Moretz (“Déjame entrar”), que dan vida a Hugo e Isabelle y cuyo fortuito encuentro precipita la acción. Les acompañan en el reparto, además de Kingsley, actores muy conocidos como Sacha Baron Cohen (“El dictador”), Ray Winstone (“Beowulf”), Emily Mortimer (“Shutter Island”), Christopher Lee (“La victima perfecta”), Michael Stuhlbarg (“Un tipo serio”), Jude Law (“Sherlock Holmes: Juego de sombras”), Helen McCroy (saga “Harry Potter”), Frances de la Tour (“El Cascanueces 3D”) y Richard Griffiths (saga “Harry Potter”).