Los jardines del río Turia se han convertido en un lugar más que idílico para disfrutar las noches de verano y mucho más si es junto a una buena película, de la mano de la Filmoteca d´estiu. Sin duda así lo fue anoche con el film francés AMOUR dirigida por Michael Haneke.
Nada más comenzar, el impactante final de la película se abrió ante los ojos de un público atónito. Después, la historia de la cara más cruda de la vejez y el amor. Ni un solo murmullo, el público estaba introducido en el decadente mundo de Anna y Georges, (al que dan vida los actores Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva) sintiendo cada frase, mirada o gesto del matrimonio anciano.
El total realismo y la crudeza con la que se nos muestra la vida, el paso del tiempo, con sus vaivenes y contratiempos es algo inexplicable a través de esta simple crítica, es necesario introducirse y sentirlo. Con unos actores maravillosos, más que dignos del simple reconocimiento populista de los Oscars, y un público enmudecido, con un silencio que decía mucho más que las palabras, comprobaba como sí es posible morir por amor. Gracias Haneke por este film imponente, crudo, lánguido y tan real como la misma muerte. Porque no todos los finales son felices, o sí, según se mire. Merci.
Majo Sierra
