Con un escaso presupuesto de 25 millones de dólares, el film “No tengas miedo de la oscuridad”, ya lleva recaudados sus buenos millones tras su estreno hace medio año en Estados Unidos, ahora es momento de que España tiemble de terror en compañía de los espíritus y las voces del más allá con las que se estrena el director canadiense Troy Nixey. Un film avalado por el director mexicano Guillermo del Toro, que se ha convertido en un promotor de éxito para una serie de films que apuestan por un terror psicológico y que atraen a un amplio público, es el caso de “El orfanato” (Juan Antonio Bayona, 2007) o “Los ojos de Julia” (Guillem Morales, 2010).
En esta ocasión, Guillermo del Toro, apadrina el trabajo de Nixey, autor del cortometraje “Latchakey’s lament” (2007), pero cuyo trabajo ha estado más centrado en el de artista grafico, como lo demuestra su paso por la serie de “Batman” de Mike Mignola, “Only the end to the world again” de Neil Gaiman, o “Grendel: Black, White & Red” de Matt Wagner. Una vez más Del Toro participa en la producción del film, pero también firma el libreto junto al guionista Matthew Robbins.
Este es un trabajo muy personal para el mexicano, puesto que se trata del remake del telefilme “Don’t be afraid of the dark” (John Newland, 1973), que él y sus hermanos descubrieron en los 70. «Para mi generación fue la película de televisión que más miedo daba del mundo. Nos puso los pelos de punta a toda mi familia y se quedó en mi mente». Por eso, unos años más tarde, cuando fue a Estados Unidos se encargó de asegurar los derechos del material original en vistas a trabajar con este y su amigo Robbins, sueño por fin realizado. «Muchos de los elementos que introduje en el guión (…) eran elementos que luego pasarían a “El espinazo del diablo” (2001) y a “El laberinto del fauno” (2006), pequeños momentos, gestos, ideas», comenta el director mexicano.
El film se rodó en Australia, donde el equipo encontró una casa de estilo Tudor al norte de Melbourne y construida en los años 30, que minuciosamente fue transformada en una mansión victoriana del XIX. Un trabajo que requirió de 14 semanas, y que también implicó construir un estanque en las proximidades para el que se tuvieron que importar peces japoneses desde el oeste del país. En total unas 12 semanas de intenso rodaje, de las cuales 15 días fueron empleados para rodar en localizaciones externas y otros escenarios.
La película cuenta con un buen numero de estrellas del celuloide como Katie Holmes (“Jack y su gemela”), Guy Pearce (“El discurso del rey”), Bailee Madison (“Sígueme el rollo”), Alan Dale (“El sicario de Dios”), Julia Blake (“Solo ellos”) y Jack Thompson (“Ella es el partido”). Pero también veremos a personajes que no entran dentro de la categoría de los humanos, nos referimos a los Homunculi, criaturas digitales que recibieron vida gracias al trabajo del productor de efectos visuales Scott Shapiro, creador de ocho modelos cada uno de los cuales presenta alguna pequeña particularidad física.
La historia narra la llegada de la pequeña Sally Hurst (Bailee Madison) a la mansión Blackwood, situada en Rhode Island, donde la niña va a ver a su padre (Guy Pearce) y su nueva novia Kim (Katie Holmes). El ambiente de esa gran mansión que se encuentra en obras para ser restaurada no acaba de gustarle demasiado a Sally, que se siente una extraña, encerrada en una fría prisión, y donde no tarda en oír voces extrañas que proceden del tiro de la chimenea. Unas veces estas le piden ayuda, y otras veces se ríen de ella, unas veces que pertenecen a los Homunculi, unas maliciosas criaturas que proceden de un mundo antiguo en el que las hadas y los demonios no eran solo personajes de los cuentos fantásticos.