Entrevista Jacques – Pierre Niney y Audrey Tautou

Este mes de Septiembre, el próximo 15 llega a nuestros cines la cinta dirigida por Jérôme Salle y protagonizada por Lambert Wilson, Pierre Niney y Audrey Tautou. Jacques, que nos traslada hasta 1948, cuándo Jacques Cousteau (Lambert Wilson) y su esposa (Audrey Tautou) emprenden una de sus mayores aventuras y cumplen el sueño de Jacques recorriendo los océanos e investigando lo inexplorado, otros querían el espacio, él el mundo submarino.
Así pues a bordo del Calypso, esta odisea durante una vida centrada en la investigación, la ciencia, la fama y la televisión, convirtiendo a Cousteau en toda una leyenda que llegará a lugares tan remotos como desconocidos, haciendo historia. Pero esta historia es una historia de luces y sombras, también marcada por los conflictos personales con su pareja y sus hijos Philippe (Pierre Niney) y Jean-Michel y por la terrible tragedia que los golpearía unos años después…

Así fue como Cousteau descubrió un nuevo mundo, llega el momento de descubrirlo a él.

ENTREVISTA a PIERRE NINEY (Philippe Cousteau)

¿Cuál fue tu primera reacción cuando, recién iniciado el proyecto, recibiste la propuesta de Jérôme Salle?
Me sentí muy afortunado de poder leer el guión de una película tan ambiciosa, que aquí no es muy habitual. Una gran película de aventuras, poética, sobre una familia extraordinaria, que también quiere que nos demos cuenta de la belleza y la fragilidad de nuestro planeta.

El rol de Philippe Cousteau está realmente en el centro de la historia de JACQUES. ¿Cuánto sabías sobre él antes de trabajar en el personaje?
¡Que era el hijo del Capitán Cousteau, eso es todo! ¡Tenía mucho que aprender sobre él!
Philippe era una persona menos conocida, aunque él codirigió muchos de los documentales con su padre. Fue muy importante en sus aventuras, un miembro muy destacado de la tripulación. Pero Jacques-Yves Cousteau era un líder, un pionero, un ‘monstruo’ del carisma y la energía tan destacado que Philippe, que murió joven, fue olvidado con el tiempo. Éste es también un poco el tema de la película, uno muy interesante, creo.

Pierre Niney (Philippe Cousteau)

¿Cómo aprendiste más sobre él? Por ejemplo, ¿conociste a su mujer, Jan, o a sus hijos?
Hice mucha investigación. Mirando las películas, claro, las que aparecía él y las que él dirigía. Pero también mirando fotos, leyendo entrevistas y hablando con los compañeros de tripulación del Calypso que tuve el placer de conocer. Esos  hombres, que eran los amigos de Philippe, también fueron testimonios de su falta de conciencia ante el peligro. Me hablaron de los riesgos locos que tomaba Philippe para conseguir una buena imagen. Esa faceta temeraria de Philippe fue un factor muy importante. Reflejaba su deseo de superar a su padre, yo creo.

Pero la fuente de información más bonita eran sus cartas: una acceso muy privado y privilegiado hacia el mundo de Philippe.
Sólo conseguí el acceso a las cartas gracias al encuentro con su mujer Jan. Jérôme nos puso en contacto y quedamos en Los Ángeles unos meses antes de empezar el rodaje. Ella fue muy amable de contarme mucho sobre su relación con Philippe y sobre su personalidad. Fue de gran ayuda para mi preparación del personaje, abriendo sus documentos para Jérôme y para mí, y dándonos mucha información sobre la vida de Philippe. Esas cartas privadas eran clave para mí. Para entender al hombre, pero también el amor, único y muy fuerte, que ambos vivieron. Cartas enviadas desde el otro lado del mundo entre dos amantes, hablando de sus vidas, sus planes, su familia, el estado del mundo… Totalmente inspiradoras.

La trama de Philippe le da una dimensión muy personal a la película, que casa a la perfección con el espíritu y la trama de aventura paralela. ¿Cuál fue el reto principal del proyecto para tí?
Philippe era capaz de sentir un gran amor, que lo sintió con Jan, y también una gran admiración, que tuvo hacia su padre, pero también era un personaje bastante solitario.
Era muy cercano a la naturaleza y a los animales. Jan me dijo que muchas veces prefería la compañía de los pájaros que la de los hombres. Su consciencia medioambiental venía de la contemplación de la naturaleza, los paisajes, el mar…
El hecho de que contagiara esa concienciación, que en ese tiempo era completamente rara, hacia su padre,
fue un elemento decisivo en mi deseo de interpretar a Philippe. Creo que hoy, es de gran importancia seguir diciendo a la gente, recordando una y otra vez que debemos cuidar de nuestro planeta.

Philippe era un explorador, un submarinista, un piloto: ¿Cómo te preparaste físicamente para el papel, en especial, para las escenas bajo el agua? ¿Qué recuerdos tienes de esa parte del rodaje?
Jérôme quería que me preparara físicamente: que me ejercitara y que aprendiera también a bucear, por supuesto. Hice un curso de buceo en Marsella con Lambert y Jérôme antes de que empezara el rodaje. Fue un hallazgo increíble para los tres. Un momento importante en el proyecto, creo.
Hay algo muy meditativo en el buceo, impone un ritmo lento, que queda en la mente, supongo. Para Lambert y para mí, fue también la oportunidad para conocernos mejor… bajo el agua. Me encantó que nuestro primer encuentro no fuera sentados en una mesa, trabajando el diálogo y el texto, sino algo mucho más básico e intuitivo, a 20 metros bajo el mar. Ya nos sentíamos en el corazón de la película, en el fondo de la relación entre Jacques y Philippe.

JACQUES te dio la oportunidad de viajar a Croacia, Las Bahamas, Sudáfrica, la Antártida… ¿Cuáles fueron los mejores momentos de esos viajes?
Hubo muchos. Siempre recordaré la escena que rodamos en medio del océano en Sudáfrica. Lambert y yo teníamos un diálogo juntos en la superficie del agua cuando, de pronto, en medio de la escena, una enorme ballena jorobada aparece a unos pocos metros de nosotros. ¡Causó una estupefacción y fascinación a todos! No podía creer lo que veían mis ojos. Nadó a nuestro alrededor, luego una segunda ballena apareció, y las dos nadaron entre nosotros durante una buena media hora. Así que al final continuamos la escena… rodeados de ballenas jorobadas en medio del océano.
Tuvimos muchos momentos como ésos. Buenos momentos pero también algunos de duros… Pienso en la tormenta extrema en la que estuvimos atrapados en la Antártida. Con vientos de 140 km/h. Esquivando icebergs en plena noche…

Familia Cousteau

¿Alguna vez fuiste un mero espectador de las maravillas que tenías enfrente?
Casi cada día vimos las cosas más increíbles. A veces es imposible no quedarse quieto, de pie, mirando tales paisajes. Una ballena saltando a unos pocos metros del barco, un grupo de delfines curiosos por el rodaje, un iceberg delante de nuestros ojos en medio de la Antártida, buceando con tiburones que se alimentaban a pocos centímetros de nosotros… He visto algunas de las imágenes más increíbles de mi vida gracias a esta película.

Con Lambert Wilson, compartiste momentos muy bonitos en pantalla. Cuéntanos cómo fue trabajar con él y vuestra relación detrás de las pantallas…
Lambert también tiene un vínculo especial con el teatro y, en consecuencia, al texto y a una composición teatral. Tenemos el mismo tipo de cultura, un placer común en la interpretación. Lo que nos ayudó creo, a contar una relación algo compleja entre padre e hijo. Una relación hecha de frustración y admiración mutuas, en la que Philippe siempre intentaba dejar su huella pero su padre era siempre el centro de atención. A veces estaba en total desacuerdo con su padre, pero lo quería.

Lambert tiene una elegancia natural y su sensibilidad fue una ventaja también tras las cámaras. Cuando estás viviendo en unas condiciones tan inusuales como aquéllas que vivimos en la Antártida, todos juntos en un barco durante dos semanas con sólo un pequeño equipo de rodaje, literalmente a merced del viento y las mareas, es bueno tener a alguien tan gentil y considerado como Lambert.

Háblanos de Audrey Tautou, que interpreta a tu madre, Simone…
Estaba impresionado por cómo Audrey había construido el papel de Simone. Cuando leí el guión no me había imaginado un papel tan fuerte y conmovedor como el suyo. Ella supo como resaltar las debilidades y los aspectos más tiernos de una madre.

Tu hermano en la película, Jean-Michel, está interpretado por Benjamin Lavernhe, uno de tus amigos más íntimos desde que actuastéis juntos en la Comédie Française. ¿Ayudó este vínculo en el momento de actuar juntos?
Conocí por primera vez a Benjamin en la escuela de interpretación Cours Florent. Me sorprendió de inmediato cómo de inventivo y equilibrado era como actor. Luego estudiamos juntos en el Conservatoire National y le propuse de actuar en mi serie ‘Casting(s)’ del Canal+. Nuestros caminos se juntaron de nuevo en la Comédie Française. Benjamin es un gran amigo y un gran actor. Actuar con él es siempre un placer… y también una vuelta a la infancia porque siempre nos divertimos mucho juntos. Demasiado, quizás. Puedo recordar un par de veces en las que no podíamos parar de reír durante el rodaje.

No es habitual hacer una película tan grande como JACQUES en el cine francés. ¿Qué tipo de director era Jérôme Salle y cómo lideró el proyecto?
Jérôme tenía en mente esta película desde hacía mucho tiempo. Era una historia con la que él estaba muy vinculado y sobre una familia de la que sabía muchas cosas. Jérôme también tenía una idea muy clara de lo que quería hacer a nivel técnico y artístico. A pesar de la concentración necesaria para dirigir una película tan ambiciosa, el resto siempre sentimos que disfrutaba mucho en el set. La pasión contagiosa con la que quería contar la historia de esta épica familia fue un factor realmente motivador para todos.
Por ejemplo, durante un largo tiempo, pensaba que rodaríamos muchas escenas en un estudio, especialmente el viaje a la Antártida, que era muy complicada técnicamente. Pero un día, Jérôme me llamó y dijo: ‘Pierre, va a ser muy complicado, pero nos vamos a la Antártida…’ Luego me contó que era imposible para él contar una historia de aventureros estando encerrado en un estudio. Tenía que desarrollar el film con un método más auténtico, acercarse al tema. ¡Así que fuimos! Y ahora puedo decir que el viaje, así como bucear con tiburones, rodar en parajes naturales… todo nos inspiró enormemente y nos dio estímulos reales para el proyecto.
Jérôme es extremadamente bueno creando atmósferas, capturando imágenes espectaculares, a la vez que dirige los actores con verdadera consideración.

Simone y Jacques

En estos últimos años, has trabajado en proyectos muy diferentes, todos muy ambiciosos. ¿Qué impresión te deja JACQUES? ¿Resulta un punto destacable de tu carrera?
JACQUES siempre será una aventura impresionante a nivel personal. He aprendido mucho. Esos viajes incrementaron
mi consciencia acerca de muchas cosas, pero en especial de la inmensa fragilidad de nuestro planeta. Observar los daños en la Antártida es extremadamente alarmante. Philippe es el emisario de este mensaje, pero también expresa esperanza. Es él quién le dice a su padre al final de la película: ‘No es demasiado tarde’.
Me gustó mucho hacer ese papel y convertirme en el emisario de ese mensaje… el emisario de aquellos hombres que dedicaron su vida entera a mostrarnos, y al final, a proteger, nuestro planeta.

¿Si te pidiera que eligieras una sola imagen, un único momento de esta aventura, cuál sería?
Nuestro último día de rodaje en la Antártida. Nos marchábamos de Deception Island después de grabar el plano final de la película, dejando atrás una playa cubierta de humo volcánico. Era una imagen muy misteriosa, y era palpable la emoción entre el pequeño grupo que navegábamos con la Zodiac. Era el final de largos meses de rodaje y, probablemente, la última vez que veríamos nunca esa vista magnífica.

ENTREVISTA a AUDREY TAUTOU (Simone Cousteau)

La auténtica revelación del film, incluso para aquéllos que conocen un poco la vida de Cousteau, es tu personaje Simone…
Absolutamente, y me dí cuenta, cuando estaba preparándome para el papel. Incluso los verdaderos fans de Cousteau no conocían prácticamente nada de esa mujer, aunque ella había sido la verdadera capitana
del Calypso durante casi 40 años.

¿Cómo fue investigar un personaje así?
Tengo que admitir que tampoco sabía nada sobre ella y la fuí conociendo a medida que leía documentación
sobre su vida. No había mucho para profundizar… Sólo encontré una entrevista, por ejemplo, para ‘Le Grand Echiquier’. Simone Cousteau se mantuvo fuera de los focos: no le gustaba ser grabada. Por otro lado, habían bastantes fotos de ella, que me sirvieron de mucho, así como una biografía muy detallada, que era una mina de información. También conocí a dos de sus compañeros del Calypso, dos hombres que trabajaron con el matrimonio Cousteau durante muchos años: François Sarano, buzo y oceanógrafo, y Roberto Rinaldi, un cámara submarino. Dos personas encantadoras que nos contaron anécdotas increíbles… Cuando los escuchas, puedes notar lo unidos que estaban a Simone y cómo de importante había sido ella para la tripulación…

Audrey Tatou es Simone Cousteau

Ahora que has interpretado el papel de Simone Cousteau y la conoces mejor, ¿qué nos podrías contar sobre ella?
Diría que no fue una mujer convencional. Simone quiso una vida independiente, ¡era muy diferente de los estereotipos de la época! Ella fue una verdadera aventurera y marinera… Creo que es la mujer que más ha navegado en el mundo: pasó 40 años en un barco. Creo que su vida fue increíble, completamente atípica. Sé, porque lo descubrí y la gente hablaba de ello, que ella tenía una personalidad muy fuerte, con un humor sarcástico, ¡no muy diferente a mí, de hecho! También era los ojos de Cousteau a bordo, cuando él estaba fuera, viajando por el mundo para promocionar sus documentales o buscar financiación para su próxima aventura.

Y sabemos que durante esas ausencias, Jacques-Yves Cousteau tuvo unos cuantos affairs con otras mujeres. ¿Cómo explicamos el hecho que Simone, muy probablemente conocedora de esto, siguió con él, pese a todo?
Creo que el Calypso era toda su vida… Incluso escribió una carta dirigida al barco, diciendo que el día en que el barco parara de navegar, ella seguiría viviendo pero sería como si hubiera muerto por dentro… También creo que Simone realmente amó a Cousteau y lo continuó queriendo, aunque intuía, o probablemente sabía, que él llevaba una doble vida. Pero su vida a bordo con sus marineros (sus ‘tíos’ como ella los llamaba), la ayudaron a convivir con todo, en especial con las ausencias e infidelidades de su marido. Pero eso no evitó que se sintiera muy herida por ello…

Simone Cousteau fue también madre y vemos en la película que sus dos hijos son tratados de una forma distante, en el principio: arrastrados a viajar por el mundo con sus padres y mandados a un internado…
Probablemente esto está relacionado con cómo los padres de Simone la trataron a ella. No pasaban mucho tiempo con su hija; por ejemplo, la enviaron a un internado de Japón donde pasó parte de su infancia. Así que no tuvo una figura maternal fuerte sobre la que construirse a sí misma, especialmente siendo su madre una ‘socialité’, algo que Simone siempre había rechazado ser, porque lo encontraba demasiado superficial… Su relación con sus hijos Philippe y Jean-Michel fue bastante distinta, pero igual de torpe, diría yo, y al final resultó parecerse a lo que la misma Simone había vivido. Ella no se conformó con los códigos parentales de la época, que decían que una madre tenía que dedicarse totalmente a sus hijos…

Ella tenía un carácter fuerte, el tipo de carácter que te piden interpretar a menudo: estoy pensando en Amélie Poulain, Coco Chanel, o incluso Mathilde en ‘Largo domingo de noviazgo’…
Todas estas mujeres tienen algo en común: no quieren seguir el camino que se les ha impuesto previamente. Son independientes y quieren construir una vida que se parezca a cómo son. No recuerdo haber interpretado a mujeres débiles o sumisas. ¡Creo que nadie me ha ofrecido nunca este tipo de personajes!

Calypso

Jérôme pensó en ti para el papel de Simone muy pronto. ¿Cómo fue trabajar con él en una película tan épica como JACQUES?
Estuvo muy bien. Necesitas un verdadero capitán para gestionar una expedición como ésta y Jérôme tiene todas esas cualidades. Nos conocimos justo al principio del proyecto. Me habló de Simone, sobre su carácter, y me explicó desde qué ángulo quería contar la película. Jérôme es muy sensible a las relaciones humanas, pero también tiene la fuerza de carácter necesaria para embarcarse en una aventura de este calibre. Lo rodamos prácticamente todo en exteriores, en condiciones que a veces eran complicadas. Pero a pesar de las dificultades, nunca hizo concesiones o se desanimó.

Hablemos de tu marido en la película, Lambert Wilson, que interpreta a Cousteau…
Nos conocimos por primera vez cuando hicimos ‘En la boca no’ de Alain Resnais, pero no le conocí en profundidad hasta que pasamos 5 meses juntos rodando JACQUES. ¡Y no me decepcionó! En primer lugar, Lambert es un actor brillante y creo que, cuantas más películas hace, mejores son sus interpretaciones. A nivel personal es muy sensible, considerado, amable y tremendamente divertido. Fue un encuentro muy importante: él me gusta mucho, de hecho…

Durante el rodaje él tuvo que seguir una dieta física muy estricta para interpretar a su personaje. ¿Ésto afectó de alguna manera a vuestra complicidad, muy necesaria para interpretar a una pareja en la película?
No, para nada, cuando digo que este hombre es increíble, también lo digo en este sentido. Lambert tuvo que seguir una dieta tremenda, horas de preparación y maquillaje: él cargaba con la película sobre sus hombros y aún así permaneció muy amable todo el tiempo. Nos llevamos muy bien desde el principio.

Dinos algunas palabras de tus dos hijos en la ficción: Pierre Niney que encarna a Philippe y Benjamin Lavernhe, que encarna a Jean-Michel…
¡Me sentí muy afortunado de ser su madre en la ficción! Ellos son algunos de los actores jóvenes con más talento del país. Son inteligentes, talentosos, e inspiradores y son muy divertidos también… ¡A parte de estos cumplidos totalmente sinceros, no sé qué más decir de Pierre y Benjamin! Fueron maravillosos y fue una experiencia
excepcional para todos nosotros.

Fuiste a Croacia, la Antártida, Sudáfrica, Las Bahamas… ¿Qué impresiones te dejó hacer esta película?
Para mí, hacer JACQUES fue como un sueño hecho realidad. Ya desde el principio, le dije a Jérôme que haría la película, ¡con la condición de que yo también me fuera a la Antártida! Siempre había querido ir hacia allí y para mí, sin duda, era algo que no me podía perder. La película entera fue como un largo viaje: pasar días justo en medio del océano encajaba conmigo perfectamente. De nuevo, ésta es una de las cosas que tengo en común con Simone: estar a bordo de un barco es donde me siento más feliz, y siempre ha sido así ¡desde que era una niña! Tenía un profesor que me introdujo en la navegación y me encantó al momento. Es una pasión que nunca me ha dejado, incluso aunque no tenga la oportunidad de navegar tan a menudo cómo me gustaría… Navegar en un barco es como una segunda vida para mí.

Tu ya has trabajado en películas ambiciosas, grandes producciones. Estoy pensando en los films de Jean-Pierre Jeunet o en ‘El Código da Vinci’ de Ron Howard, por ejemplo. ¿Cómo las compararías con JACQUES?
Creo que fue una aventura increíble. Viajamos por todo el mundo en un barco, pudimos ver una fauna maravillosa, adaptándonos cada vez a nuevas condiciones, mientras contábamos una historia sobre una família y sobre el amor. Esta película nos permitió ver de primera mano toda la belleza del mundo y los peligros que lo amenazan… No soy una especialista ambiental, pero me siento consciente de todo esto ahora. Conocer a los miembros de la tripulación de Cousteau, que lo adoptaron como misión de vida, hizo que fuera aún más consciente de estas cuestiones ambientales.

*Material cedido por Vercine

Sobre el Autor

Alfi

Diseñador e ilustrador, amante del séptimo arte, devorador de Bandas sonoras y de videojuegos, y un fiel servidor al Orden Jedi.