Hace 2 años cuando se presento The Amazing Spider-Man (2012) en nuestras pantallas, algunos nos preguntábamos si era necesario resetear otra vez y empezar de cero para contar la historia del origen de Peter Parker y su poder como Spider-Man, teniendo en cuenta que la franquicia de Spider-Man estaba bien desarrollada y explicada muy notablemente en las tres anteriores de 2002, 2004 y 2007 con Tobey Maguire como protagonista y Sam Raimi en la dirección.
Y ahora como en la anterior el director es Marc Webb, que supo dotar la historia de humor, espectáculo, romance y drama con la relación entre Peter Parker y Gwen Stacy, interpretados por Andrew Garfield y Emma Stone. Pero para esta secuela la estructura del guión puede ser muy extensa o intente querer abarcar demasiado y solo se quede en un simple reflejo del cómic, de la historia original de Stan Lee y Steve Dikto, intentando repetir la misma formula de la anterior.
Ya que en esta se nos presenta a la vez varios villanos en escena, mientras Peter y Gwen mantienen su noviazgo a pesar de que Peter siga sintiéndose culpable de incumplir la promesa que le hizo al padre de Gwen antes de morir, que la alejaría de él para protegerla. También habla de la relación entre su tía May y de la trágica muerte de sus padres en un accidente aéreo, mientras intenta descubrir porque le dejaron con su tía, mientras aparece en escena el amigo de su infancia separados años atrás, Harry Osborn, que vuelve a la ciudad después de que su padre, el creador y millonario fundador de Oscorp fallezca a causa de una extraña enfermedad, que ha heredado evidentemente su hijo, así que tratara de encontrar una posible cura a esta, por tal de salvarse y estará dispuesto a hacer lo que sea para salvarse. Y todo esto de fondo mientras un nuevo peligro anda suelto por la ciudad, el temible Electro convertido por culpa de un trágico accidente en un nuevo villano al que enfrentarse el asombroso treparedes. Con lo que esto nos lleva a que hay demasiado información en pantalla para asimilar, muchas historias y personajes introducidos en esta secuela y puede llegar a exceder en cuanto a la duración del metraje, con dos horas y media sentados, en algunos momentos la historia se llega a pausar y se hace más lenta cuando debería de ser más fluida o por lo menos no haber querido abarcar con tanta trama argumental.
A pesar de que esta secuela vuela a contar con los mismos ingredientes que la anterior y cuente con el mismo reparto, al final solo se consigue una cinta entretenida en la que se nos presenta una historia muy enfocada a una teen movie o cine de romance adolescente y pueda parecer muy forzada a pesar de contar con un gran espectáculo visual y técnico. Ya que puede parecer desaprovechar la ventaja de contar con un notable Jamie Foxx y Dane DeHaan, Electro muy perturbado con un personaje del que pasa desapercibido ante todo el mundo y termina convertido en un villano con poderes y desquiciado con Spider-Man, y Harry demostrando ser un perfecto hijo egocéntrico que poco le interesan los demás con el fin de conseguir sus propios intereses, convertido en Green Goblin, con una atractiva caracterización, no se podría decir lo mismo de Electro que nos recuerda mucho al Dr. Manhatan de Watchmen .
Aunque la historia suele ser un tanto convencional, el enfrentamiento final de Spider-Man con estos dos villanos conlleva al desenlace de todas las consecuencias y las decisiones de Peter Parker, otorgando al final un toque muy melodramático con un pequeño guiño a la historia original del cómic.
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